—Tengo que hablar con él –Me miró con el ceño levemente fruncido para querer pasarme, pero se lo impedí– Kazumi, déjame pasar.
—A estado trabajando sin parar, déjalo tranquilo –Volví a insistir, aunque con una leve molestia– No quiero que se mantenga despierto durante la noche por tu culpa... Lo repetiré, deja a Keigo en paz.
Se quedó parado allí, mirándome realmente molesto, aunque yo no me iba a dejar intimidar ante eso, porque no tenía ningún derecho a reclamarme absolutamente nada, pero no podía evitar tragar en seco.
—Akiyama –Volteamos al escuchar la voz de Aizawa-sensei. Aunque carraspeo un poco– Kazumi, ¿Está todo en orden?
—Si... –Respondí soltando un silencioso suspiro, y empuñe un poco mis manos–.
—Aizawa... –Dijo mi padre, aunque según yo parecía haberlo hecho con un leve tono de burla– Al fin nos encontramos, a pasado un tiempo.
—Si, –Rasco suavemente su nuca, pero después se puso junto a mi. Eso me hizo sentir más segura– Pero nunca pensé que vendrías aquí, mucho menos a trabajar, pensé que esta academia era mucho para ti.
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—Vine aquí por Kazumi.
—Ya veo, pero eso no es escusa para estarla molestando, mucho menos cuando ella te pide que la dejes tranquila –Dijo Aizawa-sensei, eso provocó que apretará suavemente mis puños y que tratará de esconderme detrás de él– Que seas su padre, no significa que puedas estar acosando a mis estudiantes.
Lo quedó mirando con el ceño fruncido por unos segundos para después alejarse de allí, obviamente yo lo seguí en el momento que decidió caminar, no iba a quedarme allí, mucho menos a soportar las quejas de mi padre.
Nos dirigíamos directamente hacía casa, así que me relaje un poco, pero seguía pellizcando un poco mis brazos, estaba segura de que, en cuanto mi padre tenga la oportunidad, me reprocharía la razón de porque me fui detrás de mi sensei.
Aunque la respuesta era muy clara, no quería seguir soportándolo y tampoco iba a quedarme junto a él, mucho menos después de que Aizawa-sensei le dejará varias cosas en claro para que no siguiera molestándome.
