Sentí como una pequeña presión en mi pecho se formo al escuchar sus palabras, provocando que mis ojos se cristalizaran rápidamente y que mis labios comenzarán a temblar casi enseguida.
Aparte suavemente la mirada y de la misma forma asentí, para después pasar disimuladamente una de mis manos por mis mejillas, ya que algunas lágrimas se habían deslizados por ellas, y no quería que él me viera así, y si me preguntaba al respecto, le diría que me entro algo en el ojo.
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Aunque no me pregunto nada, cosa que agradecí, pero no volví mi vista hacía al frente, porque había una gran probabilidad de que me estuviera mirando, así que me dedique a jugar suavemente con la rejilla que estaba en el suelo.
Quería demostrarle a mi hermano que ya estaba bien, y que no tenía que preocuparse por ello, pero aun hay veces en que me cuesta mantenerme de pie todo el tiempo, y caigo, pero aún así me vuelvo a levantar y continúo avanzando.
Levanté suavemente mi cabeza mientras tomaba un poco de aire, pude percatarme de que el atardecer estaba pasando, así que quede mirando como la ciudad comenzaba a iluminarse, luego de un rato suspire suavemente.
—¿S-Sabes?... –Susurré un poco insegura de lo que iba a hacer– M-Me preocupa Seiji-kun...
—¿Quién es él?
—Es el o-otro hijo de papá, el que estaba en la camilla junto a mi... –Respondí bajando un poco la mirada–.
—Oh...
Lo escuche susurrar, aunque eso provocó que empuñara mis manos con algo de fuerza, porque quizás había metido la pata en mencionarlo, pero necesitaba encontrar la forma de contarle esto, aunque sea para quedarme tranquila.
—¿Por qué te preocupa? ¿Acaso paso algo? –Preguntó luego de unos segundos. Así que lleve mi vista hacía él, con mi boca levemente abierta, pero luego apreté mis labios–.
—C-Creo que a ese niño lo tienen prácticamente abandonado, y ni si quieran están pendientes de él –Aparte suavemente la mirada, llevándola hacía los edificios iluminados– Siempre anda merodeando por todos lados, pero solo... Y hoy se cayó, provocándole un corte en la frente, y su madre ni si quiera apareció, y cuando la conocí, no parecía ser alguien que se dedicará a trabajar...
