Sin embargo, Recovery Girl y Keigo me habían dicho que debería descansar con el pie elevado, que me serviría para que el dolor e inflamación disminuyera un poco. Cosa que no estaba haciendo en absoluto, así que no podía quejarme.
Aunque tampoco quería dejar a Seiji solo. Él me estuvo esperando todo el día a que saliera de clases para poder verme y pasar un rato conmigo, por lo tanto no quería quitarle ese momento por culpa de mi estupidez al lastimarme durante el examen.
Mientras pensaba un poco, no pude evitar llevar una de mis manos sobre mi pie, sobándolo suavemente con la idea de calmar el dolor. Sin embargo, creo que mi amigo se había dado cuenta de ello.
—¿Por qué no le dices al mocoso que estás cansada o que tienes que descansar el pie? –Habló Bakugo luego de unos segundos– De seguro lo entenderá, y se irá, es inteligente, ¿No?
—Si lo entenderá, pero prefiero no hacerlo... –Dije soltando un leve suspiro mientras lo veía recoger algunas flores– Algo me dice que él no se siente seguro en casa, sino ¿Por qué crees que siempre trata de estar junto a mi?
—¿Por qué eres su hermana, no? –Añadió un tanto obvio. Pude sentir su mirada sobre mi– Por lo general, los hermanos menores parecen chicles pegados a los mayores, por suerte no tengo hermanos... –Dijo mientras soltaba un suspiro de alivio–.
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—No creo que sea solamente eso –Apoye suavemente mi cabeza sobre la mano– ¿Sabias qué le tiene miedo a su padre cuando se enoja? Me dijo que una vez rompió un plato solo porque estaba molesto, y que eso le asusto mucho... –Susurré con la idea de que solo Bakugo escuchará– No es normal que un niño le tenga miedo a sus padres, y si es así, es porque algo no esta bien en casa, ¿No crees?...
—No tenía idea... –Respondió Bakugo en un susurró– Con razón el mocoso pasa tanto tiempo pegado a ti, le das seguridad...
—Si, y también es la razón por la que Shoto le tiene tanto cariño, lamentablemente Seiji le hizo recordar algunas cosas de su niñez... –Está vez lleve la vista hacía mi novio. Él cual se veía bastante feliz mientras Seiji le conversaba de las flores que estaba recogiendo– Ni si quiera es su sangre, y lo protege como si también fuese su hermano, temiendo que le pueda suceder algo...
—A fin de cuentas, ese niño tuvo a su padre presente toda su vida, pero la está pasando igual de mal a como la pasaste tú sin él... –Añadió Bakugo. No pude evitar suspirar en señal de afirmación–.
