—¿Te tomaste el día libre? –Pregunté un poco divertida mientras colocaba mi ropa limpia sobre la cama–.
—Me lo merecía, así que deja de molestarme –Se defendió Keigo. No pude evitar reír un poco–.
Hoy era miércoles, y no hacía mucho que salimos de clases, pero me estaba dedicando a ordenar mi habitación, hasta que recibí un mensaje de mi hermano preguntándome si me podía llamar.
—Eres envidiosa, eso es lo que pasa, porque tú no puedes estar en tu cama mientras comes una hamburguesa.
—Bueno, en eso tienes razón, –Comencé a doblar mi ropa e hice una pequeña mueca– Pero si pido algo de comida chatarra, lo más probable es que Bakugo me lo quite y lo tire a la basura –Keigo se empezó empezó reír– No te rías, es verdad.
—Bueno, por algo lo hace, ¿No? –Hizo sonar el paquete, seguramente de alguna fritura, pero no volteé– Tu alimentación estaba horrible.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿De quién crees que lo aprendí?
—De mi no, porque no como dulces todos los días.
"Pero si de frituras"
Negué con una pequeña sonrisa para seguir doblando mi montón de ropa mientras escuchaba a Keigo comer, aunque recordé que no le había contando la noticia de que nos iremos a la isla, así que suspire.
—¿Sabías en están buscando personal en una isla que esta a las fuerzas de Japón?
—Eh, si, ya lo sabía, me habían preguntado es que yo podía ir, o si tenía personal –Respondió Keigo, eso provoco que volteara un poco indignada hacía la pantalla de mi celular– Pero les dije que no, porque mi hermana es menor de edad, y no la podía dejar sola aquí.
—Ósea que si no hubiera sido por mi, ¿Te hubieras ido? –Pregunté dejando de doblar mi ropa–.
