—¿De verdad tienes qué ir? –Preguntó Seiji mientras movía suavemente sus pies. Estaba sentado en la silla de mi escritorio–.
—La verdad es que a mi tampoco me agrada mucho la idea, pero tengo que hacerlo –Respondí mientras guardaba mi ropa en la maleta– Aunque, esa semana y media pasará rápido, ni su quiera te darás cuenta cuando ya esté aquí –Volteé a verlo con una sonrisa, pero seguía sin convencerlo–.
Entendía que estaba preocupado de que me pasará algo nuevamente, pero tampoco podía quedarme, ya me había comprometido a ir y no podía echarme para atrás.
Aunque de alguna forma tenía que dejarlo con la mente tranquila, porque quizás puede llegar a enfermarse de los nervios si llega a estar toda esa semana preocupado por mi, y lo más probable es que ni si quiera quiera asistir a la escuela.
Aunque hacer todo eso, significaría que yo tuviera que hacer un sacrificio, así que suspiré mientras apretaba mis puños con algo de fuerza.
—¿Qué te parece si te envío fotos cada día? Así ves que yo estoy bien, y puedes quedarte tranquilo, ¿Te parece? –Pregunté con una sonrisa. Su expresión cambió un poco–.
—Pero... No tengo teléfono... -Susurró mientras me miraba-.
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—Se las mandaré a tu padre para que te las muestre, y así tu también me envías una foto tuya, incluso puedes contarme como estuvo tu día –Me acerqué dónde él y agarré suavemente sus manos– Así ambos nos quedamos tranquilos, y nos aseguramos de que estamos bien, ¿Si?
—Creo que si... –Susurró apretando suavemente mis manos. Sonreí–.
Acaricie suavemente sus manos para después soltarlas y terminar de ordenar mi maleta, asegurándome de que estuviera todo lo que necesitaría allí, incluyendo preservativos, solo por seguridad.
Lo único triste de toda esta situación, es que no podía llevar mi almohada, porque no entraría en mi maleta y porque no podíamos llevar más de una maleta con nuestras pertenencias, así que tuve que guardar una de mis mantas.
Necesitaría algo de casa para poder dormir en otro lugar, sino me costaría muchísimo lograr conciliar el sueño, siempre me sucede cuando voy a un lugar nuevo y tengo que quedarme a dormir allí.
