—S-Si, está bien, –Respondió sin dejar de mirarme– Pero, ¿Te sientes bien? –Llevó suavemente su mano hacía mi mejilla y la acaricio–.
—Solo necesito pensar un poco, y estar un rato sola –Respondí apoyando suavemente mi mano sobre la de él– En cuanto tenga todas mis ideas claras, te contaré lo que sucedió, pero ahora necesito ordenar un poco mi cabeza...
—Si, lo entiendo –Asintió sin dejar de acariciar mi mejilla– Me avisas cuando te sientas lista para que vaya a verte, o si necesitas algo.
—Gracias... –Dije soltando un silencioso suspiro. Soltó suavemente mi mejilla–.
Antes de que me alejará de él para entrar y dirigirme a mi habitación, Todoroki me dedico una pequeña, pero dulce sonrisa para después dejar un beso sobre mi frente.
Solté un pequeño suspiro en cuanto estuve sola en el ascensor y apoye mi cabeza en la pared mientras esperaba a que llegará a mi piso, aunque cuando escuche que las puertas se abrieron, abrí los ojos también.
—¿Dónde anduviste? Te estuve esperando todo el día para entrenar –Dijo Bakugo mientras se cruzaba de brazos, tenía el ceño levemente fruncido–.
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—Me llamaron, lo siento, no pensé que estaría todo el día fuera –Respondí mirándolo con una suave sonrisa. Y baje del ascensor mientras arreglaba un poco mi mochila–.
—Oe, ¿Estás bien?
—Si, no te preocupes –Volteé a verlo con una sonrisa– ¿Podemos posponer el entrenamiento para mañana? Estoy algo cansada, fue un día bastante largo.
—Si... –Respondió no muy convencido para después entrar al ascensor– Después bajas a comer, ¿Oíste?
—Si, te escuche.
En cuanto entre a mi habitación, me cambie de ropa y deje todo listo para mañana, ya que tendríamos clases, y me tire sobre mi cama boca abajo para abrazar una de las almohadas, comenzando a pensar en lo que pasaría ahora, y en las palabras que dijo Aizawa-sensei.
