Capitulo 42. Tarde con mi mejor amiga.

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Empecé a conducir rumbo a alguna tienda para comprar cosas para perros, quería comprar todo lo necesario para Ramón para que estuviera cómodo en casa.

Juana : ¿adonde vamos ahora? — pregunta juana mientras acariciaba al pequeño en sus brazos.

Poché : quiero ir a comprar cosas para Ramón — le informo.

Juana: me parece bien — dice y sube un poco la música del auto para empezar a cantarla en voz baja viendo como Ramón le prestaba atención.

Esa era una imagen realmente adorable por que mi mejor amiga y mi cachorro se veían muy lindos juntos. Llegué a una tienda bastante popular y grande, estacione y baje ayudando a Juana abrir la puerta.

Poché : vamos — dije y empezamos a caminar para entrar a la tienda.

Tome cuatro tipo de correas diferente para variar cuando quiera salir con el, tome un saco con comida para cachorros, juana tomo algunas ropitas que según ella eran adorables, la tacita de la comida, etc.

Juana: creo que ya tenemos de todo — dice Juana viendo que habían muchas cosas en el carrito que teníamos.

Poché : yo también lo creo — dije observando lo mismo que ella — vamos para pagar — tome el carrito y empecé a empujar asta la caja donde había una hermosa cajera con el pelo rubio, pero nada que ver con mi hermosa castaña.

— Bienvenidas, ¿que desean pagar? — pregunta la señorita con una sonrisa amable.

Poché : esto por favor — dije señalando el carrito alado de nosotras y la chica nos vio bastante sorprendida como la mayoría de las personas por que eran muchas.

— Por supuesto — dice ella y le empiezo a pasar las cosas mientras ella las cobra — son 80.000 pesos — me dice la señorita y Juana abre los ojos como platos.

Poché : aquí tiene — le entrego mi tarjeta y ella la pasa para cobrarme.

— Listo, tenga su tarjeta y compras, gracias por comprar aquí — asentí y tome todas las bolsas y salí con Juana de regreso al estacionamiento y ella me ayudo abrir el maletero donde empece a meter todas las bolsas. Nos subimos en el auto y lo encendí para manejar asta rumbo a mi departamento.

Juana: ¿ya vamos a tu casa? Estoy cansada — dice soltando un suspiro que me hizo sonreír.

Poché : si. Ya vamos a casa, quiero mostrarte algo — digo imaginando su cara al saber que ya tengo un departamento y vivo sola.

Juana : lo que sea, pero quiero ver películas — dijo asiendo un puchero.

Poché : ¿ como en los viejos tiempos? — preguntó.

Juana: cómo en los viejos tiempos — repite.

Sigo mi camino a mi departamento y juana me ve de forma seria, se que me quiere decir algo pero aun así no lo hace y lo agradezco para no tener que decirle antes de que lleguemos a casa. Llegue y estacione en mi puesto, baje al igual que Juana que se quedó viendo el hermoso edificio frente a ella, baje las bolsas y asegure mi coche.

Poché : ven vamos — empecé a caminar y ella me siguió sin decir una sola palabra, llamé el ascensor y ambas nos subimos, llegamos a mi piso y saqué las llaves para abrir el departamento donde dejé que ella pasara primero — bienvenidos a mi nuevo hogar — les dije a ambos.

Juana: ¿como que nuevo hogar? ¿ De qué me perdí? — pregunta con cara de confusión mientras se sienta en el sofá frente al televisor y la chimenea y yo ponía todas las bolsas aún lado de la puerta para arreglarlas después.

Poché : es regalo de mis padres — le dije sentándome aun lado de ella — dicen que ya estoy grande y que necesito mi espacio.

Juana: esto es genial poché — dice con una sonrisa — ahora si podremos hacer nuestras pijamadas locas.

Poché : si, ya después cuadramos con las chicas algo aquí en la casa, ¿me ayudas a ordenar mi habitación? Apenas hoy llego mi cama — le pregunté con un puchero y ella me vio rodando los ojos.

Juana: esta bien, pero te costará caro — me dijo apuntadome con un dedo.

Poché : Después hacemos algo que quieras — ella aplaudió entusiasmada y dejamos al pequeño Ramón durmiendo en el sofá y ambas nos fuimos a mi habitación donde ella quedo sorprendida al ver lo grande que era.

Juana: esta habitación es más grande que tu cuarto en casa de tus padres — dice repasando lo con la vista.

Poché : lo es — me quite mi camisa y me quede en top mientras juana se quitaba la de ella y se ponía una de mis camisas viejas para no manchar la suya, me quite mi pantalón y me puse unos short viejos que tenía — bueno empecemos a pintar — puse varios plásticos para no manchar el piso y ella fue por las pinturas las cual rodó los ojos al verlas.

Juana : ¿enserio? Tenía que ser negro — y yo me encogí de hombros.

Poché : ¿que? Quiero pintar de negro con blanco el cuarto y la parte donde va el cabecero de la cama lo quiero rojo — dije imaginado mi cuarto así.

Juana: contigo no se puede — ambas reímos y nos pusimos manos a la obra, mientras ella pintaba una pared yo pintaba otra. Y es que esto momentos con mi mejor amiga eran únicos, siempre me apoyaba y me ayudaba en todo sin importar que cosa fuera, así sea la locura más grande del mundo y es que esta tarde había sido fantástica, tenía a mi nuevo cachorro conmigo, una cita con el amor de mi vida en la noche y una tarde espectacular con mi mejor amiga, todo era sencillamente perfecto.

Un extraño cliché ( caché )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora