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Subieron al helicóptero Máximo parecía emocionado.

—Tener un hijo te hace madurar

—Tú no maduraste —Nicolás me miro

—Solo lo necesario —dijo

—Rouses —Regresé a ver y entre junto a Alessandro y Ángelo —Debemos hablar

—Eso es hablada segura

—Eso creo —dije sentándome en la mesa rodeada de Carusos

—Primero debemos hablar sobre porque fingimos nuestra muerte, después el gobierno y posteriormente el entrenamiento, porque se nota que has dejado de lado los buenos consejos que te dimos —Rodé los ojos —Y después puedes decidir hablar con esta bola de imbéciles

—¿Estás incluido en eso? —Me miro —Ya no tengo once papás —Me miraron —Aprendí a defenderme solita

—No, porque necesito una explicación de como terminaste en medio de ellos cuando te dije que no lo hicieras —Miré a otro lado —Te dije perfectamente desde que vi a Alessio trabajando en el palacio que te alejaras de él, pero al parecer no me hiciste caso

—¿Te diste cuenta, por las noticias o porque ya en sí la relación en esta mesa con él y sus hermanos es insostenible?

—No me salgas con juegos Rouses, no olvides quien te enseño a jugar y a utilizar todo

—No todo —Me acomodé en el asiento —Está bien, comienza y acabemos que en cualquier momento debo irme

—Dije que no te irías con Eiríkr

—Tú ya no me mandas —dije —La deuda fue saldada —Golpeo la mesa

—¿Quieres que te enserie? —Sonreí

—Suficiente Nicolás, es suficiente —Él se volvió a sentar

—Dale viejo, que no tengo todo el día, comienza porque el perfecto, el más correcto de los hermanos, decidió dejar a su linda princesa —Me miro y yo le vire los ojos —Comienzo a pensar que si tienes un tic

—Y yo que eres un imbécil

—¡Rouses!, los amordazaré a ambos —Bufe —Bien empecemos, nunca fue nuestra primera opción dejarte, la poción que ocupabas fuera de la mafia lo complico un poco; a diario recibes cientos de mensajes, donde te amenazan de muerte, en uno de ellos hace once años, revelaban tu identidad, sabían quien eras en un intento desesperado de protegerte, fingí mi muerte, nunca pensé que esto se cruzaría con la de tu madre

—¿Por qué no me dijiste?

—Ya tenías bastante, así que morí y después tu madre, pero los mensajes fueron en aumento, tu padre empeoro y tú estabas en un estado de aquí haya, y bueno Ángelo tuvo que hacerlo; los mensajes pararon por un tiempo, pero regresaron. Antes de irse, Ángelo le dijo a Luciano que debía protegerte, y se le ocurrió separar a Roma, para detener a los que querían matarte pensando que ustedes estaban en una guerra, se lo creyeron hasta unos meses antes de que decidiera retirarse de la mafia, lo descubrieron por eso enviaron a supervisar su trabajo, o salía o moría

—De cualquiera manera murió —dije —Pero eso ya deben saberlo, ¿no? ¿Él sabía que estaban vivos?

—No, él no lo sabía, solo tenía que protegerte, tú te fuiste y eso fue bueno, hasta que regresaste y tu padre murió; debías mantenerte oculta por tentar a Santino, pero al saber quien eras en realidad corrías peligro, así que tenías que buscar a alguien nuevo que nos ayudara y nos presentamos con Tomás, quien estuvo dispuesto a morir por ti

—O solo fingir —dije —Y dime eso fue antes o después de esa supuesta relación que teníamos

—¿Relación?

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