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Nicolás

Terminaría matándolo si seguía aquí, el muy maldito se creía el dueño del rancho y eso me estaba irritando, Pero el ambiente era mucho más tenso entre Cronos y Alessio. Sabía que Alessio no había dormido en su nidito de amor por el carácter que se cargaba.

—¿Dónde está mi linda Maléfica?

—Deja de llamarla así

—La como a mí se me del gana, a ti no te debe importar Caruso

—Es mi esposa, grábatelo en la puta cabeza

—Ya veremos cuanto te dura el cuento, yo diría por aspecto que no más de dos semanas, sera como quitarle el dulce a un niño

—Te mataré —Lo detuve —te mataré si llegas a insinuarle algo

—¿Es que no le cuentas nuestra historia? Da gracias que Sandra se fue —Mire a Alessio

—¿De qué carajos está hablando?

—No es nada

—Ahí estás, tan linda como siempre, llegas tarde

—Oh, estás muy temprano aquí

—Te lo dejaré pasar por hoy, pero si vuelves a llegar tarde me enojaré

—Estarás enojado siempre entonces

—No me tientes Rouses —Sonrió —Ya jugaste con el diablo una vez y...

—Gane —Él la miro, y entendí por qué le gustaba —¿Vas a hablar o qué?

—Bien, el problema aquí es que este tipo, el líder de esta rebelión, es un fantasma, o eso pensé hasta que... —Miro detrás de Rouses —¿Quién demonios eres tú?

—Él viene conmigo, es Henry y necesita enterarse para proteger a mi familia

—Emperador

—Como sea, debemos saber más sobre Ivo Sera, que el hecho que es un desquiciado de mierda y eso

—Creo que yo puedo ayudar con eso —Miramos a Paulina

—¿Tu niña? —Le pregunto el acompañante de Rouses

—Sí, ya que es mi esposo —Nos quedamos en silencio en la pequeña sala

—Joder

—Bien empieza

—Cuando lo conocí tenia diecinueve, fue en la universidad en Valencia, me pareció un tipo muy normal, íbamos a fiestas, el alcohol lo cambiaba, yo tenia una foto de los tres en mi habitación, una noche terminamos casados y por alguna extraña razón lo dejamos así. Él no era una buena persona, dejaba que sus amigos follaran conmigo cuando estaba intoxicada, en una de esas ocasiones reventaron una botella de vidrio dentro de mí. Estuve tres semanas en el hospital cuando regrese al piso, lo escuche hablando con uno de sus amigos sobre Rouses.

—Espera él ya la conocía

—Sí, estaba muy obsesionado con ella, él hablaba cosas que quería hacerle y ella apenas tenia quince, yo regrese a Sicilia y le dije todo a Nicolás, llamo a Alessio y Tomás, esa fue la primera vez que lo matamos

—¿Y la otra?

—Tú estabas muerta, el regreso, no sé qué quería, pero no me detuve a preguntárselo, yo misma lo enterré, y luego volvió, esta vez y lo matamos, lo quemamos

—Yo no me hubiera preocupado por ella a quince años, ya que estaba conmigo, si él hubiera aparecido lo hubiera acabado

—No lo sabíamos

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