Epílogo

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Y la tentación fue grande, un juego se volvió

¿Quién ganaría?, ¿Quién quedaría ileso en su juego?, ¿quién sobreviviría a la seducción?, ¿Él más fuerte? ¿Él más frío? ¿Él más ingenuo? ¿Él más vivo? ¿El ángel o el diablo?

Y es que el ángel y el diablo se sentaron a conversar. El ángel en su ingenuidad le pregunto que le pasaba, el diablo al no querer estar solo respondió.

Uno a uno sus armas dejaron ver, y para pasar el rato un juego ambos decidieron jugar, pero ninguno ha de poder ganar, mientras a odiarse de verdad no sepan.

Entre el cielo y el infierno nació una pasión, egoísta e ingenua, disfrazada de amistad, ambos no quisieron ver la verdad y tarde fue cuando la ingenuidad perdió y atrapada junto a él se vio. A gritos pedía libertad, para regresar con quien en realidad debía estar, más en el fondo no quería irse.

Amar había aprendido, a leer y escuchar a un ser que era un monstruo, una bestia, el diablo disfrazado de cordero, pero el diablo vio la verdad ella no era tan ángel como sus alas le indicaban, ni tan santa como debía ser, y su compañía añoraba. Mato a todos y cada uno que quisieron arrebatarla y cuando pensó que no podría hacer que ella lo amara, soltó las cadenas que la apresaban, más ella a su lado se quedó.

Él era el diablo y ella un ángel, pecadores los llamaron, el diablo y el ángel ninguno dispuesto a cambiar, pero si a amarse, y la promesa que le hizo fue no dejarla aún que ella se lo gritara.

El cielo añoraba, él la dejo ir, al regresar ella vio que algo le faltaba, pero regresar no sería fácil y años le tomo encontrar al que camino a lado del demonio al que amaba; perdidos estaban, en el abismo de su pasión, en el olvido de su deseo, en la penumbra de la luz y en la claridad de la oscuridad.

Los dos se prometieron de nuevo amar, y para que ella no se vaya de su lado al infierno el cielo trajo, y la hizo feliz a pesar de ser el diablo.

El ángel aprendió a no quemarse en su presencia, pero sí a quemarlo a él.

Pecadores fueron llamados aquellos que se aman con locura, pecadores y solitarios, habiendo perdido los dos se sintieron ganadores, y en sus infiernos aprendieron a volar.

La oscuridad y la luz, ¿Qué podrán engendrar?

Entre susurros se escucha las promesas nuevas que él hace, ya que no solo su soledad logro curar, sino que el tiempo ni el espacio podrá separar lo que la vida y la muerte, y el destino quieren siempre juntar, la pasión los consumió en su propio juego de seducción, al ser tentados a pecar.

Entre susurros se escucha las promesas nuevas que él hace, ya que no solo su soledad logro curar, sino que el tiempo ni el espacio podrá separar lo que la vida y la muerte, y el destino quieren siempre juntar, la pasión los consumió en su propio j...

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Conduje con la ventana abajo mientras el sol se ocultaba en el horizonte, lejos de las miradas curiosas, lejos de todo, lejos de lo que habia creado. Llegue a las afueras del sur de la ciudad. Llegue hasta el lugar acordado y baje del auto. Milo salio del sitio e inclino la cabeza.

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