168

3 0 0
                                    

La mayoría notaba mi felicidad al cuidar a la beba de Nicolás, me encantaba hacerlo, sabía que en cualquier momento Nicolás podía decir que se irán, pero me importaba poco, trataba de que todos los niños de la casa se sintieran involucrados y queridos. Hasta mi abuela incluía a los hijos de Nicolás en cualquier cosa.

Mis sospechas fueron ciertas, Nicolás se culpó y se lo veía muy mal. Alastra recibiría terapia, y Aeron. Se iban soltando poco a poco y a veces había retrocesos.

Erick, Máximo y yo estábamos en el jardín jugando, cuando Alessio llego y se nos unió, temíamos sobre él riéndonos. Mi abuela gritó que era hora de los dulces y fueron corriendo donde ella a precipitada carrera.

—No muchos —pedí

—Okay

Mire a Alessio que estaba debajo de mí y sonreí.

—Hola

—Hola

Lo besé y sonrió.

—Legaste temprano

—Termine antes la junta ¿Todo bien?

—Sí, nada, nuevo, cerro, novedades

—Mañana quiero llevarte a una cita

—¿Una cita?

—Sí, hemos retrasado la luna de miel y te lo debo, terminaré pronto

—Tranquilo Alessio a mí también me ha servido para concluir algunas cosas, no pasa nada, iremos y disfrutaremos eso, pero primero solucionemos todo aquí.

—Su alteza real, disculpe que le moleste, pero debe salir para su junta de las cuatro

—La junta, debo irme, pero estaré aquí para la cena —Volví a besarlo

Entre a la casa y tomé mi bolso, me despedí de mis hijos y la abuela, para salir corriendo a esa junta.

La junta iba muy tranquila, hasta que sentí cierto dolor en la tripa, era un dolor horrible, que no me dejaba poner atención, me dolía tanto, mis manos se pusieron frías, cruce las piernas, y me mordí el labio, pero el dolor se hacía más intensó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La junta iba muy tranquila, hasta que sentí cierto dolor en la tripa, era un dolor horrible, que no me dejaba poner atención, me dolía tanto, mis manos se pusieron frías, cruce las piernas, y me mordí el labio, pero el dolor se hacía más intensó. No podían ser cólicos.

No puede aguantar más, y pare la reunión.

—Lo lamento, pero creo que no me encuentro bien, tendremos que posponerla para después —Me puse de pie, pero me caí al suelo

—Su alteza real, su alteza real

Me comenzó a doler más, alguien salio llamando a un médico, yo solo cerré los ojos y me concentré en el dolor.

—Su ateza real

Abrí los ojos encontrándome con James, él me miraba asustado, a mi parte baja, eche una ojeada, y tenia las piernas ensangrentadas, la sangre me había estado escurriendo por las piernas y no lo había notado. Reacciono de inmediato evacuando el lugar y llamando a una ambulancia.

PassioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora