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—Debemos estar listos, deben haber vuelto a armar su ejército, pero en los primeros días estos no se acostumbrarán, es imperativo calcular el tiempo de respuesta en el ataque a estos sujetos. Debe ser por arriba, lo más recomendable es arrancarles la cabeza y no pelear solos, es mejor entre dos, por el otro lado hablaré con los pequeños grupos insurgentes en cada lugar y les propondré una unificación


—Ellos solo aparentan ser mafia, nosotros somos

—Bueno, esto les permitirá subir de nivel, claro esta que no todos aceptaran, pero no podemos consentirnos en pequeñeces ahora, es hora de limpiar el tablero y poner nuestras piezas y disparar, cada uno sabe lo que tiene que hacer, ahora solo falta esperar el momento para atacar, señores —Me puse de pie —Fue un gusto

—Creo que el gusto fue nuestro —Sonreí

Comenzamos a salir, junto a los demás, ya en la superficie, caminé hasta el lago que no estaba lejos, y eso estaba encima de ese lugar podría desbordarse o causar filtraciones.

—Y no lo has visto en invierno, el agua llega a las pantorrillas, usualmente no es muy alto, hubo una vez en que llego a las rodillas

—¿Nepal?

—Nepal —Aclaro —Princesa, lamento lo de su esposo

—Gracias

—No menciono la ayuda del inmune —Lo miré —Creo que nadie más dijo nada porque lo vieron en la parte de arriba mirando

—No es entrometido, es un buen chico

—Creo que lo hizo, espero que disfrute de la estadía en Nepal

—Gracias

—Cuándo Alessio despierte, le contaré que tienes nuevos pretendientes —Hablo Cronos

—Creen que está muerto

—Ivo lo dijo, y es lo mejor, a menos que queramos que acabe con él —Lo mire —Reina de la mafia, ¿aún crees necesaria tu muerte? —Asentí

—Ahora eres la reina de la mafia —Indico —Y ahora tienes a muchos a tus pies

—Yo solo quiero una cosa y es la cabeza de Ivo, y poder torturar a mi antojo a Rachel

—Ivo se arrepentirá de haber dado la orden

—Está todo listo

—Vamos, ustedes irán al sur, iré al este y nos veremos en Argelia —Asintieron.

Cristiano se acercó con una pequeña maleta

—Tengo el auto

—Cuídate —Señalo, Nicolás, asentí. Subí al auto, siete estaba en la parte de atrás, Cronos subió y Cristiano arranco, había una reunión más con los pequeños grupos

—¿Qué tienes en mente? —Pregunto siete

—Nada en realidad, ya se me ocurrirá algo

—Solo piensas ir y ya —Miré a Cristiano

—Algo así —Sonreí

—Algo así —Sonreí

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