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Un segundo basta para que todo cambie, bien, pues en un segundo el auto comenzó a moverse cuando desperté, estaba en el techo del auto, los demás no estaban, mi cabeza dolió, salí del auto gateando. Me lastimé la mano, había huellas de un auto, el conductor estaba muerto, mire el lugar estaba oscureciendo, no recuerdo nada después de que algo nos impactara y comenzáramos a movernos como licuadora, no me quedaba de otra que comenzar a caminar. Llevaba ya dos horas caminando y parecía que el sol se había ido y hacía frío tenía los dedos congelados. Estaba por cruzar un riachuelo cuando un niño salió detrás de una roca con una escopeta.

—¿Qué quiere? —Pregunto en su idioma, levante las manos

—Estoy buscando a unas personas —Aclare —Mi auto se volcó —Él me miro

—Armada —Negué —Personas del accidente al norte detrás de esa montaña —Informo, miré la montaña, era la montaña —Debe esperar a mañana, hará frío

—¿Sabes donde puedo quedarme? —Bajo el arma

—No es mala persona —Hablo para él —Malas personas disparan

—No traigo arma, además estoy muriendo de frío

—¿Qué hay en la maleta? —Pregunto señalando la mochila que cargaba

—Solo papeles —Asintió, era lo único que encontré mis cosas, lo demás no estaba

—Venga

Cruzamos el riachuelo y caminamos por un valle, hasta llegar a una casa, él entró y dejo la escopeta y se acercó al fuego, mire el sitio, había una cama pequeña y ropa, pan y carne de algún animal.

—¿Vives solo? —Pregunte

—Mi abuelo murió hace dos años, mi padre trabaja al otro lado —Hablo mirando al suelo

—¿Haciendo?

—Paga una deuda, para salvar a mi madre, ella murió —Lo miré —Sus amigos no sobrevivirán mucho, ellos son malos

—Pues yo puedo ser peor —Mencione —Tal vez no debe esperar tanto, debería ir ahora

—No es buena idea, hay lobos y osos

—¿Lobos y osos? —Asintió —¿Qué tan lejos está?

El niño se preocupó mucho al verme salir, se llamaba Adam, tenía diez, no iba a la escuela y sobrevivía trabajando en la casa del vecino o pescando rio abajo. El chico no mentía, había un grizzly y varios lobos, no fue fácil evadirlos, pero seguí mi camino hasta llegar casi a la mitad. Cuando escuche un ruido, más bien era un lamento de algo o de alguien, camine entre los arbustos hasta encontrarme con un lobo en una trampa, este comenzó a moverse al verme, levante las manos y me detuve.

—Oye, está bien, no pienso lastimarte —Me mostró los dientes —No quiero hacerte nada —Lloro

—Oye morirás si te dejo ahí —Se acostó y me miro, abrí la trampa, pero estaba muy cansado para caminar, había perdido mucha sangre, él no se movió

—Oye estarás bien

No se movió, lave su pata y mire, no estaba bien, me miro, estaba sufriendo, saque la comida que el niño me dio y se la di a él, comió y después se acostó. Comencé a vendar su pata, no sabía qué hacer, debía estar bien, me acerque a un árbol y me arrime ahí, mire al animal, no podía quedarme, debía seguir, pero tampoco podía dejarlo morir solo, así que lo oculte de algún de predador y lo tape.

—Oye recupérate, nos vemos

Seguí subiendo hasta llegar a la parte superior, la bajada fue más sencilla, al amanecer estaba caminando por un prado, dos horas después estaba detrás de un árbol, escuche un ruido y me agache, de uno de los arbustos salió un lobo, él me miro, estaba cojeando

PassioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora