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Al regreso el perrito se bajó de mis piernas y se sentó en mis pies donde durmió, Storm se acostó en mis piernas y yo lo acaricie, bese su cabecita, al llegar bañe al lobo y lo seque, de paso bañe a Storm y les puse ropita.

—Son como el sol y la luna Rouses, tan diferentes y distintos, él puede...

—Sé lo que puede hacer y sé que también pueden llevarse bien —Indique mientras jugaban, sonreí —Entonces —Me pare frente a él —¿Cómo puedo recompensarte? —Me miro

—Quítate los zapatos —Lo hice —Date la vuelta —Demando, lo hice —No quiero que te muevas, no quiero que digas nada. —Asentí, sus manos pasaron por mi cintura y cadera, levantando mi blusa y sacándola de la falda, desabrocho mi falda y esta cayó, quede en ropa interior, paso sus manos por mi abdomen, sus manos se posaron sobre mis senos apretándolos, sobre mi brasier, sus labios comenzaron a besar mi cuello. —Te dejarás crecer el cabello. —Sonreí —No te lo cortarás otra vez. —Sus besos bajaron por mi cuello hasta mi clavícula, una de sus manos bajo hasta el inicio de mis bragas, su mano entro y comenzó a acariciar mi clítoris, eche mi cabeza hacia atrás, sus dedos comenzaron a buscar mi entrada. —Sin gemidos. —Asentí. —No muevas las piernas, ábrelas un poco más. —Con mucha dificultad lo hice.

—Inclínate un poco.

Poso su otra mano en la parte de atrás de mi espalda inclinándome un poco para adelante, sus dedos comenzaron a entrar y salir de mi interior, desenfrenadamente, me mordí el labio intentando no gemir. Me saco el brasier y comenzó a acariciar y apretar uno de mis pechos, frotaba mi aureola y sus dedos no dejaban de salir de mí, aún tenía puestas las bragas, estaba por llegar al orgasmo cuando se detuvo así simplemente se detuvo.

—No te muevas.

Me quedé quieta, después de un incómodo rato sentí como me bajo las bragas y termine en el colchón. Se posicionó sobre mí, comenzó a besar mis pechos. Sus labios regresaron a los míos y sentí su intromisión en mi cuerpo, sus embestidas eran fuertes, me aferré a las cobijas mientras entraba y salía de mí, me dolía mis labios por morderlos

—Gime hazlo —Solté mi labio inferior, y los gemidos comenzaron a salir de mi garganta, estaba por llegar a mi orgasmo y salió de mí

—No —Suplique —Alessio, por favor —Me miro —Alessio

Me volteo, tomo mis manos y las sujeto sobre el colchón, sus manos siguieron un camino por mis brazos, pasando por mi torso hasta llegar a mis caderas, coloco mis caderas en pompa, sentí sus besos en mi espalda baja, sus manos se sujetaron a mi cintura y lo sentí posicionarse detrás de mí y entrar otra vez.

El movimiento fue algo brusco, un gran gemido salió de mis labios, se sentía raro, otra vez, me sujeto de las caderas llevándome contra de él, apreté las cobijas bajo mis manos, sus arremetidas incrementaron. Sus manos pasaron por mi torso, apretando mis bubis, nuestros gemidos se unieron en uno solo, sus manos pasaban por mi espalda hasta mi cuello, llevándome contra él, comenzó a besar mi cuello, sus gemidos los podía escuchar en mi oído, alce mi cabeza y capturo mis labios con los suyos, sus manos se posicionaron en mi cintura subiéndome y bajándome sobre su falo

—Alessio, no te atrevas a salir —Demande entre dientes, sus arremetidas fueron más fuertes, mi orgasmo estaba cerca y ahora, si lo tuve, Alessio se movió un rato más dentro de mí hasta que evacuo, nuestras respiraciones eran irregulares.

—Lo siento —Susurro sobre mi cuello —Fui muy brusco

—Estoy bien —Comente —Solo es algo incómodo —Compartí —Fue nuevo para mí —Lo mire sobre mi hombro, beso mis labios, salió de mí y me volteo, me aferre a su cuello, tomo las sabanas y nos metimos debajo de las cobijas, él estaba sobre mí, miro sobre su hombro y se levantó — ¿A dónde vas?

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