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Alessio

Debíamos ponerle un alto y la única forma era casándolo, pero ese se estaba convirtiendo en el último de los problemas.

—Tu padre acaba de mandarme la información, hace un rato, la rebelión es un hecho, lo que buscan es la cabeza del rey y una nueva familia al poder, se han encendido mucho foco en todo el mundo. La noticia de que Achilles se a ido no ha caído bien

—¿Qué propones Alessandro?

—Debemos reforzarnos, y prepararnos para una guerra, ellos vienen por ustedes, hacer los herederos, tu padre además de darnos la información y de ordenar controlar la situación, sabe que el líder de todo esto no es más que Ivo Sera. Algo mucho más desconcertante al ser su yerno.

—Mierda

—Has estado en esto antes Alessandro, ¿Qué recomiendas?

—Tu familia ha generado mucho odio en tres años, solo les queda un milagro, no tengo una idea que pueda ayudarlos

—Tal vez yo si

—Sigues aquí —Hablo Nicolás —ya te vi en tu pequeña isla como siempre

—Pequeño príncipe, estoy tratando de salvarte el culo

—¿Por qué nos ayudarías?

—Tengo mis motivos —miro detrás de él y Rouse estaba a lado de Sandra —Además lo último que busco es una guerra. Con mucha felicidad e de anunciar el regreso del ángel de la muerte, princesa de la mafia italiana, Achilles —Señalo a Rouses —Ella los ayudará

—No —Cronos me miro —Ella no regresará a esto

—Lo voy a hacer —La miré

—No lo harás

—No te estoy pidiendo permiso Alessio, voy a hacer esto

—Qué dolor de cabeza, de dejar que él se encargue, por favor

—No necesito que nadie haga nada por mí

—Sandra, Sandra, no metas en líos maritales, esto es algo entre marido y mujer y tu opinión no entra hermanita

—Es una estúpida por...

—Esa eres tú al seguir aquí a pesar de saber que no te eligió, ahora cállate o vete

—Tienes razón, no tengo nada que hacer aquí, por ahora —Me miro

—Si dices algo más —Hablo Cronos —Tendrás una bala en la cabeza

—Te espero afuera

Miro a Rouses y dijo algo en la lengua del emperador, Rouses sonrió y les respondió en el mismo lenguaje.

—Pero qué demonios, ¿Cómo osas hablar en ese lenguaje?

—Yo se lo enseñé, mi linda maléfica

—Maldita bruja

Sandra se fue insultando en un idioma que nadie entendía, mientras tanto Cronos y Rouses, la tensión entre no me gustaba para nada.

—Tiene razón, deberías dejar que él se encargue

—Sé cuidarme sola, además si quiero que acabe rápido debo intervenir

—No, tú no intervendrás —Me miro, sabía que no me haría caso

—Ya lo hice

—Milo, ve y diles que la princesa de Italia ha regresado y que está casada con uno de los príncipes oscuros, y que no está de buen humor. Se cagarán del puto miedo. —Le toco la mejilla.

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