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Me quedé mirando la televisión un rato después de que la entrevista acabara, la habitación se iluminó cunado, un rayo cayó a lo lejos, las luces se pagaron y en reflejo de la televisión lo vi, estaba parado detrás de mí, mire a mi lado Maritza se hizo la loca y Esteban solo dijo.

—Como que se fue la luz, ¿No? ¿Será solo aquí o en todo el distrito? —Cerré los ojos

—¿Qué haces aquí? —No respondió, me voltee mirándolo estaba empapado —¿Qué no conoces los paraguas? Estás mojando el suelo —Me miro

—Eso es lo que menos te importa —Mire a Maritza —Upps como que me dio hambre, Esteban

—Nunca digo no a la comida

—Lo que dije ahí

—No, no vamos a hablar de eso, ni ahora ni nunca

—¿Por qué?

—Porque me voy a casar, joder —Me puse de pie y lo mire —Y porque a pesar de lo que aun sintamos no lo voy a cancelar, así que vete porque no pienso volver al jodido círculo vicioso donde cada vez que alguno mete la pata el otro se va y regresa cuando se le da la jodida gana. No puedo, ya no

Camine rumbo a mi cuarto, dejándolo ahí empapado en medio de la sala, mientras mi cara se mojaba pero no con lluvia.

Tenia la mañana libre, algo que iba a aprovechar para visitar a mi otra familia, mea arregle y le avise a mi mamá que iría a desayunar

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Tenia la mañana libre, algo que iba a aprovechar para visitar a mi otra familia, mea arregle y le avise a mi mamá que iría a desayunar. Salí al salón, Estaban estaba despeinando con una cara de sueño, no había señales de Maritza y Alessio estaba sentado de espaldas a mí, pero sabía que era él por su cabello rebelde.

—Me voy —Esteban, me miro

—¿Llevas abrigo?

—Si

—¿A qué hora vas a regresar?

—A las dos, papá

—¿Mañana tenemos esa cosa?

—Sí, la cosa, regresaré temprano, lo prometo o me puedo quedar a dormir, haya, cualquier cosa te llamo

—Vale, Rouses, no olvides el paraguas, y ve en taxi, por favor

—Si

Me acerqué a él y besé su mejilla ignorando a Alessio.

Salí poniéndome un abrigo; afuera el frío era intensó, abrí el paraguas, recuadrándome de la pequeña llovizna, el clima de Londres a veces se ponía duro. Abrí el paraguas, no pensaba ir en taxi, estaba cerca, comencé a caminar calle abajo del departamento.

Entre a una tienda con el objetivo de comprar golosinas a mis hermanos, y una que otra cosa para papá y mamá.

—Te dijeron que tomaras taxi —Casi boto la botella de vino, mire con enojo al hombre rubio a mi lado

PassioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora