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Rouses

—Debe ser breve, no está bien

Su madre me dejo verlo, estaba devastada, aferrada a su esposo, al entrar tapé mi boca para reprimir el gemido de mis labios, su piel, no había piel, solo músculo

—Debes ser breve Rouses —Alessio entro conmigo

Él movió su mano y me acerque a él, y la tome con cuidado, la manguera del oxígeno lo estaba lastimando, él abrió los ojos con pesadez y me miro.

—Hola —Intento sonreír, pero no pudo —No te esfuerces, debes guardar fuerza, te recuperarás y saldrás de aquí —Apretó mi mano —Ya verás, saldrás e iremos a Alaska, después veremos la aurora boreal —Una lágrima se deslizó por su rostro —No llores —Volvió apretar mi mano

—No sobes como lo siento —Cerré los ojos evitando el tema —Debes... —Hablo —Debes ser feliz —Hablo con voz rasposa, negué

—Este mundo no me deja ser feliz —Hizo una mueca

—Las princesas no lloran

—Ya no soy una princesa

—Siempre serás una princesa, la más hermosa de todas, no te cierres, esto debía pasar por algo, un día lo descubrirás

—No quiero que mueras

—Fui más feliz que en toda mi vida —Esta vez sonrió, apretó mi mano —No... olvides —Tocio —Tu promesa... —Le faltaba aire —No olvides...

—No me dejes... —Los focos comenzaron a titilar —¡Zayden! —Mire a Alessio —¡Zayden! —Volví a mirarlo —Por favor no, no me deje, por favor

—Deben salir de aquí —Escuché

—¡No! —Grité, me tomaron de los hombros, pero me sacudí —¡NO! Por favor no, ¡no!

Ya estaba fuera de la habitación viendo cómo los doctores hacían de todo para que no se fuera, cuando pararon negué y me agarre la cabeza con las manos, no era cierto, él no se había ido, no por favor, él no podía morir, no así, él debía salir de ahí y...

—Lo sentimos mucho —Salió el doctor —No pudimos revivirlo

El llanto de su madre inundo mis oídos, el sonido de la máquina, todo el lugar daba vueltas, el blanco comenzaba a marearme.

—Yo lo siento —Susurre sus padres me miraron —Lo siento mucho

—Él fue feliz contigo en el poco tiempo que estuvieron juntos, gracias —Su madre toco mi mano —Gracias, por hacer feliz y tratarlo como alguien que no moriría en meses —Miro a su esposo —Sé feliz Rouses

—Él fue feliz contigo en el poco tiempo que estuvieron juntos, gracias —Su madre toco mi mano —Gracias, por hacer feliz y tratarlo como alguien que no moriría en meses —Miro a su esposo —Sé feliz Rouses

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Alessio

Regresamos a Roma, no emite sonido alguno, pasaba en la cama, yo debía buscarlos, y salía todas las mañanas despidiéndome de ella, no recibía respuesta, al regresar estaba en el mismo sitio que cuando me fui, y no había comido, empezaron los problemas.

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