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Habíamos saludado a la mitad, incluido a mis padres, a Aleck y Esteban, que lo único que querían era una explicación que prometí dársela. Los encargados nos llevaron a un salón aparte para que la prensa entrara, solo harían fotos y una que otra pregunta.

—¿Listos?

—No, pero que pasen

La prensa entró y se posicionaron en los lugares designados, mientras les explicaban como se procedería, las preguntas primero.

—¿Por qué se casaron en secreto? —Mire a Alessio y antes que pudiera responder yo lo hice

—Queríamos privacidad y no dar tan explicaciones

—¿No es muy repentina su boda apenas regresaron?

—No, porque regresamos, esperamos mucho tiempo, ocho años —Me miraron

—¿No teme de los conflictos que pueda causar su matrimonio?

—No, ¿Debería?

—¿La fecha la eligieron por algo en especial?

—No, realmente, solo decidimos hacerlo ese día, no pensamos que terminaríamos casados el día de los enamorados

—¿Se convertirá en rey consorte? ¿Dejará la empresa para estar cien por ciento comprometido con la corona?

—Lo veremos a su tiempo

—Se sabe que las decisiones precipitadas pueden causar problemas, su matrimonio es catalogado como algo muy precipitado y precoz. En caso de un divorcio, ¿Cómo procederá la casa real?

—No hemos contemplado esa posibilidad, llevamos enamorados de que éramos unos críos, solo dimos el siguiente paso en esto, y puede ser que alguno no les guste, pero no estamos aquí para complacerlos, solo buscamos ser felices.

—¿Cuándo tendremos al heredero? —Mi cuerpo se tensó

—Queremos pasar un tiempo a solas antes de eso —Respondió rápido Alessio

—Una pregunta más

—Solo desearles muchas felicidades por su boda y compromiso, que sean muy felices

—Procederemos a las fotos

Alessio se aceró más a mí, y beso mi frente, lo miré y alzo las cejas.

—Lo hicimos bien,

—¿Tú crees?

—Sí, son un dolor de culo, me gusta este vestido —Toco mi hombro

—No tienes que serlo —Alzo una ceja —Rey, si no quieres

—Lo sé, pero no hablemos de eso ahora

—¿Listos?

—Siempre estamos listos

Empezaron las fotos, mostrando el anillo de compromiso que descansa sobre el anular de la mano derecha, cuando los flashes cesaron, tome aire.

—¿Podrían regalarnos un beso, por favor?

Mire a la fotógrafa, era una chica muy joven, todos la miraron, mire a Alessio y él sonrió de lado.

—Puede ser más de uno también —La chica se puso roja y yo sonreí, ella debía ser nueva, porque nadie pedía eso, nadie

—Gracias —Susurro

—¿Entonces?

—Es raro hacerlo con todos ellos mirando

—No lo es

PassioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora