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Cronos

Mire a mi hermana y luego a Alessio, me senté, estaba muy cansado, poco a poco mi cuerpo se iba a deteriorando, pero debí ser fuerte, al menos así le dejaría un mejor furo a ella. Conocerla fue un soplo de aire fresco que me trajo esperanza, pero como todo en mi vida, nunca podía disfrutar de aquellas cosas buenas. Envidiaba a Alessio por poder estar con ella como a mí me hubiera gustado, el idiota siempre la regaba. Esos dos eran tan diferentes e iguales a la vez que eran una contradicción.

—No te dije que te fueras

—Fue ella quien lo dijo

—Bien, ahora te lo digo yo, vete —Me miro —Sandra

—Volveré después

—Mejor no, a menos que quieras que yo mismo te mate

—¿Bajo qué premisas?

—El de ser un estorbo, vete

Se fue, mire a Alessio, que parecía ido, mire a sus pies el anillo que Rouses, lucia hace unas horas con orgullo, estaba aún en el suelo, fue su hermano Nicolás que se agachó a tomarlo y se lo puso en la mano, como que reacciono.

—¿Por qué te la llevaste?

—Porque no quería verte, y antes que se fuera con alguien que no pudiera protegerla, preferí llevármela. Te dije que te alejaras de Sandra. Solo mira el desastre que ha creado.

Su teléfono sonó, y lo contesto, cruzo tres palabras y colgó.

—¿No me digas, ya te puso la demanda de divorcio? —Miro a su hermano

—Si

—Qué rapidez —Lo miré

—Milo

—Señor

—Investiga que paso, quiero pruebas, y no le quiten los ojos de encima a Sandra

—Señor

—Creo que esta vez arrastrarte no funcionara de nada

—No pienso firmar esos papeles

—Si bueno, antes debes darle una buena razón por la cual estabas besándote con Sandra, y una muy buena, tal vez que la mordió una serpiente y tú solo querías ayudarla

—Le quitaste todos los rastreadores

—No, solo lo traspasamos al collar, tranquilo Alessio, ahora resuelve esto, antes de que todo se salga de control

Alessio me llevo hasta el palacio, no hablo, cuando llegamos ella ya estaba ahí, quería irme a dormir, estaba cansado

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Alessio me llevo hasta el palacio, no hablo, cuando llegamos ella ya estaba ahí, quería irme a dormir, estaba cansado. Me detuve al ver dos maletas en la entrada, mire a Alessio, eran suyas.

—¿Que es esto?

—Son tuyas —Rouses apareció —Ahora adiós

—Rouses...

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