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Alessio

Sentía como mis pulmones iban a estallar, me senté debajo del árbol a tomar un poco de aire, Cristiano me dio una botella de agua, estaba jugando con el lobo de nombre Rase, quien al parecer a la única persona que soportaba era a Rouses. Dormía en el suelo gracias al cielo a lado de la cama, Storm dormía con él a su lado, pero a veces lloraba, y ella los subía, el lobo no dejaba que me acercara, me miraba como si quisiera protegerla de ¿mi?, cuando no estaba era reacio pero al parecer que con él no.

—Lo hiciste bien —Ángelo se sentó a mi lado —Sabes cuando te conocí vi a un niño que era capaz de matar a alguien con sus manos, alguien muy oscuro, peligroso, hasta que cierta niña de ojos oscuros y cabello raro llego y aprendiste a controlarte.

—La primera vez que me miro haciendo eso, ella no dijo nada, solo me miro y eso fue raro...

—Ella no te miro porque estuviera asustada, sino porque vio al mismo monstruo que vivía en ella en ti, vio a alguien que la entendería y ella te entendió

—Rouses suele adaptarse a lo malo y raro —Aclaro Cristiano sentándose a mi otro lado

—Debes dejar un poco ese autocontrol, solo un poco —Palmeo mi hombro

—Nos vamos —Declaro Alessandro

—No podemos esperar y tomar una ducha —Pidió Gia

—No —La corto Alessandro y se fue

—Ya escuchaste hermanita —Vámonos, mi celular sonó

—No celulares

—Lo atenderé luego

—¿Iras tú también?—Pregunto Cristiano a Cronos

—No me pagan lo suficiente para ir —Se burló —No iré, Alguien debe encargarse de que tengan con que disparar

—Te traeremos el informe

—Has el favor y compórtate como lo que eres Nicolás

—¿Y que es lo que soy?

—El puto heredero a un trono

Llegamos al lugar, estaba en penumbras, había fuego en un tanque, mire a los demás, estaba igual de desconcertados, mire el reloj, habíamos ido diez personas, se comenzaron a escuchar ruidos, y risas, nos rodearon

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Llegamos al lugar, estaba en penumbras, había fuego en un tanque, mire a los demás, estaba igual de desconcertados, mire el reloj, habíamos ido diez personas, se comenzaron a escuchar ruidos, y risas, nos rodearon.

—La elite de la elite aquí, que hacen tan lejos de casa —Mire a Alessandro

—Venimos hacer un trato —Hablo Alessandro —Ya lo hablamos

—No, realmente solo escuché que tú querías un trato, pero no era lo que queremos, queremos sobrevivir, no queremos hacer un trato, queremos la guerra, además recibimos una buena propuesta del otro lado y será mejor cuando la entreguemos —Dos hombres trajeron a alguien, cuando le quitaron la capucha mi sangre se heló —Linda, linda Achilles

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