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Rouses

—Es bueno saberlo, saber que hemos cometido un error más en nuestras vidas y en esta maldita relación y que no podamos revertirlo es más magnífico y gratificante —Me voltee a mirarlo —¿Por qué carajos estás llorando? Tú eres al que ha dicho que se lo pensara y sale con esto. Y no entiendo por qué.

—Porque no quiero que te lastimen —Aparte la mirada —Te apuntaron con un arma por Dios, crees que es fácil ver eso, o solo creer que puedas morir, no es fácil —Lo mire —Por eso dije que lo pensaría —No hablo —Se supone que dejaste esa vida, se supone que no volverías, y ahí estás de nuevo, por mi culpa. Por mi culpa pueden matarte.

Me quedé mirándolo y no dijo nada.

—¿Y por eso crees que debe acabarse? —asentí —Pero que...

—Solo mírame —Lo interrumpí —Mírame, soy un monstruo, una asesina sin sentimientos que es capas de matar a cualquiera que le ponga en frente, soy capaz de destruir el mundo. —Trague

>>Capaz de destruirte y quitarte la vida como lo e hecho hasta ahora y no puedo más, como rayos es que te puedo gustar como es que me amas, si a mí me repudia verme en el maldito espejo, esto solo es la piel de una asesina que te atrae a la muerte misma. Como rayos podré tener hijos o al menos criarlos, si soy la peor escoria de este mundo, como rayos es que puedes mirarme a la cara y sentir algo por mí, sobre todo deseo, si lo único que yo veo es algo horrible. Esta boda es solo un contrato para mí

Apreté los puños.

—Porque no pienso condenarte a vivir con alguien que es incapaz de sentir piedad y menos amar —Dije con un hilo de voz

Medí la vuelta y comencé a caminar para entrar, estaba comenzando a sentir frío. El infierno y el cielo se encontrarían, y lo único que quería era proteger mis puntos débiles, y si alejarlo lo hacía, pues bien maldición lo lanzaría a los brazos de la primera que lo amara como yo no he podido hacer.

—Sabes por qué te amo —Seguí caminado —Porque eres el mismo monstruo que yo. —Me detuve

>>Porque tú y yo fuimos hechos uno para el otro, me dices que eres un monstruo capaz de acabar este mundo. Yo soy capas de lo mismo y más por ti, tú eres una asesina y yo también lo soy, pero soy capas de matar a todos los hijos de puta que te pongan una mano encima y te quieran apartar de mi lado. No te gusta verte en el espejo, pues vete en mis ojos y descubrirás a la criatura más hermosa que hayas visto.

Sus pasos se acercaban, lo sabía por las hojas y ramas secas al quebrarse bajo sus pies.

—No eres la única que ve un monstruo en el espejo, cada mañana yo también lo veo, pero tú me enseñaste a aceptarlo, nunca quise hijos, no hasta que tú apareciste y supe que no importara que mierda pasara con nosotros los amarías y los cuidaríamos, porque aprenderíamos hacerlos —Continuo

Apoyo su frente en mi cabeza

—Los dos somos los peores demonios que este mundo podría ver, hemos manchado de sangre nuestras manos, pero tú me has enseñado que a pesar de todo ese mal y de esas personas con las que hemos acabado, hay algo bueno por lo que seguir luchando. —Tomo mis manos —Hay algo más que solo maldad en tu interior, y me lo has demostrado amándome con todos los demonios que llevo encima por tanto tiempo, porque tú no solo eres la diabla de mi infierno. Eres el jodido ángel que no deje que volviera al cielo por puro capricho, yo soy el maldito monstruo, tú solo te contaminaste al entrar a mi oscuridad, amor y piedad son las cosas que más tienes para dar, así que no me salgas con ridiculeces. —Me gire para enfrentarlo y me lance a su cuello escondiendo mi cabeza en él —Sé egoísta una puta vez con este amor que nos tenemos, sé la egoísta que eras

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