Sus palabras me provocaron una desenfrenada risa.
—Te he oído decir muchas idioteces, pero hoy sí que te has ganado una medalla. Cada vez estoy más cerca de comprobar si hay o no hay más personas involucradas en lo que le sucedió a mi hermana. Si he estado vigilando a esa muchachita que podría ser mi hermana, es porque todo apunta que fue ella. Pero, grábate una cosa; en el momento que me toque cortarle el cuello, no me temblará la mano para hacerlo.
Rachel
Se me hizo difícil dormir con el escándalo que hubo anoche. La habitación donde me quedé no quedaba tan cerca a la de ese hombre, pero escuché los gemidos muy intensos de una mujer por largas horas. No sé si fue que le estaba dando contra la pared, pero los sonidos fueron caóticos. No pensé que alguien podría gritar así. Ni cuando tuve mi primera vez recuerdo haber gritado de esa manera. Los hombres son unos cerdos infieles. Sabiendo que tiene mujer, es capaz de hacer esas cosas con otra.
No había encontrado el momento de salir de la habitación con tal de no verlo, pues sabía que esos recuerdos me atacarían. Lo peor de todo es que fue él quien vino a buscarme a mi habitación.
—¿No piensas bajar? —arqueó una ceja, mirándome de arriba abajo y bajé la cabeza—. ¿Qué haces con mi camisa?
Me puse la primera camisa larga que encontré en el armario, pues ningún pantalón me sirvió, todos se me caían.
—Es lo que encontré en el armario. No tengo mis cosas. Si quieres puedo quitármelo.
—Quédate con ella.
Caminé detrás de él y bajamos a la cocina. Alcancé a ver a Andrea y todo cobró sentido. Lo estuve juzgando mal en ese aspecto. Ahora entiendo por qué estaban tan energéticos anoche. Supongo que se echaban de menos. Es completamente normal que las parejas hagan ese tipo de cosas.
Ella me siguió con la mirada y señaló el plato en la mesa. ¿Será que piensa que le diré algo sobre que me ayudó a escapar? Yo no haría eso. Le estoy muy agradecida por lo que hizo.
—¿Por qué tienes la camisa de mi novio?
Ahora entiendo por qué me miraba así. Olvidé cómo estoy vestida.
—Evitemos discusiones en la mesa — dijo Aiden.
Me senté en la silla, pero no podía concentrarme en el desayuno, pues lo más que llamaba mi atención eran los chupetones que ella tenía en su cuello. Ese hombre va demasiado lejos. ¿Cómo puede hacerle esas cosas? ¿Cómo pudo ser tan agresivo? Ahora entiendo el por qué gritaba tanto.
—¿Por qué no has comido? ¿No te gusta lo que he preparado? — preguntó Andrea.
—Claro que sí. Se ve muy delicioso. Buen provecho — comencé a comer para no hacerle sentir mal.
—¿Tienes algo que decir? — la pregunta de Aiden me hizo negar con la cabeza.
—Te ves cansada. ¿No pudiste dormir? — me interrogó ella.
—No mucho.
—Tenías una cama grande y confortable. ¿Cómo es posible que no hayas dormido bien? — siento que estuviera atacándome.
—Será que se acostumbró al suelo — comentó Aiden.
—¿Habrá sido eso o fue algo más? — insistió Andrea.
—Tus gritos y los golpes que le estaban dando a la pared — confesé—. ¿Quién podría dormir así? — lo solté cómo salió, ya que me estaba sintiendo incómoda con tanta divina pregunta.
No sé por qué siento que ella quiere tocar ese tema. Al menos eso sentí.
Ambos me miraron, pero el único que rio tontamente fue Aiden. No sé qué le produce tanta risa a ese imbécil.
—¿A la pared? — cuestionó ella.
—Buen provecho. Me retiro — me levanté de la mesa y Aiden también lo hizo.
—Vayamos al despacho un momento — sugirió Aiden.
—¿No vas a terminar de desayunar? — cuestionó Andrea.
—Estoy lleno, pero gracias por el desayuno. Te quedó todo muy rico.
Andrea me miró seria, pero no le dije nada, solo me limité a seguir a Aiden al despacho.
—¿Qué quieres? — pregunté directamente.
—Teníamos una conversación pendiente — se sentó en la silla y juntó sus manos—. Cuéntame, ¿quién es ese pretendiente que tenía mi hermana?
—La verdad es que no sé casi nada de él. Solo sé su primer nombre y cómo luce.
—¿Podrías hacer un boceto y escribir las descripciones lo más precisas que puedas?
—No sé dibujar.
—Pero sí escribir y describir las cosas con lujo de detalles — me miró de una manera que sentí que había algo detrás de sus palabras; algo que no había captado—. Con la mente eres igual, ¿no? Tu imaginación vuela muy rápido. ¿Me vas a contar en qué estabas pensando en la mesa y por qué me mirabas de esa manera?
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Culpable [✓]
RandomLa cárcel es el infierno en la tierra, donde encierran a los seres más despiadados y son sometidos a enfrentar la justicia y pagar por sus atroces crímenes. Al pasar por el cedazo de la justicia y ser juzgado, de ser hallado culpable; deberás cumpli...