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Aiden

—Un hombre, una mujer y una cama. Perfecta combinación. ¿No crees, cuñadito?

—Vas a decirme todo; absolutamente todo lo que sabes.

—¿Por dónde quieres comenzar?

—Escuché toda la conversación que tuvieron y me interesa saber más sobre tu madre y lo que vivieron ustedes. Si tú interés es sacarla de donde está, yo puedo ayudarte, pero todo tiene un precio.

—Respóndeme algo; ¿realmente estás enamorado de la mujer que mató a Rebecca? ¿Tu amor por ella es más fuerte que la culpa y el amor que dices sentir por tu hermana?

Es la misma pregunta que me había hecho día tras día, de la cual he encontrado por fin la respuesta. No puedo cambiar el pasado. No puedo devolverle la vida. No fui el mejor hermano. Estuve desconectado de su vida y no pude guiarla o evitar que cometiera miles de errores. Cada acción tiene su consecuencia; y aunque hubiese querido que aún estuviera aquí conmigo, lamentablemente no puedo hacer nada, solo continuar con mi vida. Mi hermana está en un mejor lugar. En cambio, yo, aún estoy aquí; con vida y con dos razones lo suficientemente importantes para salir adelante y darlo todo por el todo por ellas. Jamás justificare las acciones de Rachel, por más que la ame, todavía guardo cierto resentimiento hacia ella, pero el amor que siento es más fuerte que ese sentimiento tan negativo que, a la larga, no dejará nada bueno en nuestras vidas y solo nos hará infeliz. Por eso quiero enterrar el pasado, seguir viviendo el presente y visualizar un mejor futuro en compañía de nuestra princesa Alana.

—Ese no es tu problema. Quiero que me cuentes todo con lujo de detalles.

—Espero te baste con saber que nuestra madre debe rendir cuentas por todo lo que nos hicieron.

—¿Quiénes son "ellos"?

—Esa señora es la única que puede responderte esa pregunta.

—¿Por qué ella y no tú?

—Fíjate que no les pude preguntar los nombres. Lamento no haber tenido la boca desocupada para haberlo hecho.

En su mirada pude notar que le afecta hablar sobre el tema, pero debía saber quiénes fueron capaces de hacer algo tan horrible.

—¿Estás insinuando que "ellos" abusaron de ti?

—Querrás decir, de nosotras.

—Eso no es posible. ¿Y por qué Rachel no recuerda nada?

—Era culpa de esos viejos que decían llamarse sus padres. Quisieron alterar sus recuerdos, pensando que eso iba a permitir que ella superara lo que pasó, pero solo funciona en el momento. Todo cae bajo su propio peso.

—Si sabes que todo esto es desagradable y doloroso, ¿por qué te empeñas en recordarle las cosas? Joder, ¡sabes que está embarazada! ¿Por qué quieres hacerle tanto daño? ¿Qué te hizo para que la odies tanto?

—Me disgusta que sepa manipular a todos a su alrededor y ganarse la atención y el cariño de los demás. Ella siempre fue la princesa perfecta y la preferida. Nuestra otra hermana la ve como una heroína y hasta le guarda cariño, a pesar de todo lo que nos tocó vivir con otras familias. Era la niña perfecta, estudiosa, inteligente y sobresalía entre nosotras. Era desesperante ver cómo esos idiotas caían en su encanto y hacían todo lo que ella le pedía. La realidad es que siempre he deseado desaparecerla. Es una lástima que esos viejos decrépitos pudieron llegar a tiempo y salvarla. Ese día debía ser el último para ella, pero por desgracia no lo fue. Mirarme al espejo es frustrante y desesperante. Me repugna tener su rostro. A pesar de parecernos tanto, no soy como ella; no somos ni seremos iguales.

Culpable [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora