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Le marqué a mi papá, pero la llamada, a diferencia de otras ocasiones, sonó muchas veces antes de que respondiera. Hubo un sonido muy extraño en la llamada y luego se escuchó como una respiración agitada.

—¿Papá? ¿Estás ahí? ¿Papá? ¿Qué te sucede? — la llamada se cortó y volví a marcarle cinco veces más, pero no respondió.

¿Qué demonios está ocurriendo? ¿Será que le pasó algo malo? ¿Podría ser un ataque de asma?

Le marqué a mi mamá, pero su teléfono estaba apagado. Opté por enviar varios mensajes de texto y dejarle mensajes de voz. Tras no tener respuesta alguna, subí corriendo las escaleras y abrí la puerta de la habitación de Aiden sin tocar. Me topé con él de espalda, en el proceso de quitarse la camisa.

—Espera, no te desnudes.

—¿No te enseñaron a tocar o qué?

—Lo siento. Necesito tu ayuda. Creo que algo malo le ha pasado a mi papá.

—¿Qué se inventó ahora?

—Hablo en serio — le conté lo que había sucedido y negó con la cabeza.

—Probablemente sea un truco para que te preocupes por él y vayas a verlo.

—Quiero regresar a Utah inmediatamente.

—Este relajo me tiene cansado ya.

—Soy yo quien está cansada de esto. Es mi papá y tengo que saber qué está sucediendo. O me llevas tú, o buscaré la forma de hacerlo por mi cuenta.

Se me quedó viendo unos instantes y suspiró molesto.

—Es la última vez que viajo a Utah. Si decides quedarte con tu papito, será lo mismo que irte en mi contra. ¿Nos estamos entendiendo? Este jueguito de tenerme de un lado para otro me tiene harto — me arrebató el teléfono de las manos.

No sé por qué se veía tan molesto. Por una parte, lo entiendo, pero por otra, no sé por qué quiere hacerme elegir, como si esto fuera una guerra y cada uno debe decidir a qué bando va a pertenecer. Él es mi papá, por supuesto que estaré siempre de su parte.

En el viaje estuve como alma en pena, rezándole a Dios que no le hubiera pasado nada malo. No he logrado comunicarme con él todavía y me siento muy inquieta. Nuestro primer destino fue la casa. Para mí sorpresa, los autos de mis padres estaban estacionados en el garaje. Significa que ambos están juntos.

—¿Lo ves? Nada de qué preocuparse.

Miré a Aiden por su comentario y seguí caminando hacia la entrada. Las luces de la sala estaban encendidas, algo que me hizo pensar que tal vez estaban en la cocina, pues es lo que mayormente hacen. Frené de golpe en el espejo de la sala, pues había un pequeño papel con algo escrito. Dejándome llevar por la letra, se parece mucho a la de mi papá.

"Cuando te veo me ves,

Cuando me ves te veo..."

No entendí la nota, aun así, la dejé donde estaba y seguí en dirección a la cocina. No los vi por ninguna parte del primer piso, ni siquiera en el estudio. Aiden venía detrás de mí, mirando también los alrededores. Había mucho silencio, ni siquiera las empleadas estaban por la casa. Todo es muy extraño.

Me detuve frente a la puerta de la habitación y toqué en varias ocasiones, pero nadie respondió. Jamás había entrado a la habitación de ellos sin su autorización, pero la inquietud fue lo que me llevó a hacerlo. Paré en seco al abrir la puerta, pues lo que descubrí fue la escena más perturbadora que alguna vez haya visto. La impresión de haber visto los dos cuerpos tiesos y pálidos de mis padres, colgando de una gruesa soga fue el detonante de que un temblor incontrolable invadiera mi ser. Mi cuerpo se paralizó, era como si pudiera ver cada detalle en cámara lenta. Sus cuellos torcidos, los ojos entreabiertos, sus pálidos y morados labios y sus pies descalzos. Aiden trató de abrazarme, con la intención de sacarme de la habitación, pero no quería que me tocara.

—¡No me toques, asesino! — un fuerte nudo se agudizó en mi garganta—. Tu... tu hiciste esto, ¿verdad? — retrocedí, alejándome por completo de él y señalándolo con mis manos temblorosas—. Por eso no querías traerme, ¿cierto? ¿Es esta tu forma de vengarte de mí? ¿Matando a mis padres?

Culpable [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora