34

507 71 20
                                    

Rachel

En la mañana siguiente, me di cuenta de que Aiden no estaba a mi lado como todas las mañanas. Es raro, pues es la primera vez en dos semanas que no despierta conmigo. La cama se siente vacía. No sé, no me gusta este sentimiento que me agobia.

Luego de asearme, bajé a la cocina por el desayuno, pues Nany había venido a tocarme la puerta para avisarme que estaba listo.

—¿Y Aiden? ¿No lo ha visto? — le pregunté.

—No. No lo he visto. De hecho, no parece haber regresado a la casa anoche. Tal vez tuvo mucho trabajo y decidió romper noche.

—Ah, ya veo.

Tiene razón. Tal vez fue por el trabajo. Es comprensible, pues debe tener mucho trabajo retrasado por haberse quedado conmigo durante esas dos semanas.

Al cabo de varios minutos, lo vi llegar a la casa. En su aspecto se notaba que no había dormido casi nada, pues sus ojeras lo delataban.

—¿Por qué te fuiste? — fue su primer pregunta, sin siquiera saludar ni nada.

No podía concentrarme o mantener una conversación con él por la forma en que estaba vestido y el fuerte olor a perfume de mujer que traía encima. Evidentemente debía estar pasándola muy bien anoche como para haberse quedado fuera de la casa y regresar a estas horas. Y yo que creí que estaba trabajando. Que ilusa.

Es un hombre apuesto, además, debe tener sus necesidades. Como no ha tenido oportunidad conmigo debido a todo lo que ha estado pasando, probablemente no lo soportó y fue a buscar a alguien más. Lo que me disgusta es que se atreva a restregarlo en mi cara como si nada. En primer lugar, ¿por qué debo sentirme mal? No es como que estemos saliendo. Se le nota por encima lo mujeriego que es. Si incluso cuando estaba con Andrea, estaba buscándome la vuelta a mí y no la respetó, ¿por qué conmigo debería ser diferente?

—¿Te sucede algo?

—No. Para nada. Voy a salir. Estoy un poco aburrida.

—¿Por qué estás actuando tan distinto? Te noto como distante, duendecilla— trató de acercarse, pero retrocedí.

¿Así que puede ser más cínico?

—¿Estás seguro de que soy yo la que está actuando distinto? — lo miré con visible disgusto y suspiró.

—Según tú, ¿ahora qué hice mal? Estoy tratando de acercarme a ti y me estás evadiendo.

—Al menos ten algo de respeto y no me toques cuando estás así de sucio.

—¿Sucio? — arqueó una ceja y noté que su expresión se volvió seria—. Espero que realmente no hayas dicho eso y sea producto de mi imaginación.

—Pues sí lo dije. Mírate en las fachas que estás. ¿No te da ni un poquito de vergüenza? Ah, claro, se me olvida que no conoces nada sobre eso.

—Bájale dos rayas a tu maldita actitud, duendecilla. No sé si te levantaste con el pie izquierdo o qué demonios pasa contigo hoy, pero no te permito que me hables así.

—No tengo permitido hablarte así, pero ¿tú sí tienes permitido faltarme el respeto?

—Cuéntame, ¿en qué momento te lo he faltado, si mejor no he podido tratarte?

—Ah, ¿no? ¿Ahora resulta que debo agradecerte de que hayas llegado en esas fachas a la casa e intentes jugar conmigo también? ¿Debo aplaudirte?

—¿De qué mierda estás hablando, Rachel?

—De nada. No quiero seguir hablando contigo. Solo espero que te quede claro que no soy un juguete al que puedas usar cuando te plazca y no pienso volver a acostarme con alguien que puede contagiarme su suciedad.

—Ya me estás colmando la paciencia, Rachel — me agarró el brazo bruscamente y lo enfrenté.

—¿Qué vas a hacer? ¿Vas a matarme por decir lo que pienso? Eres un vil mentiroso y un maldito descarado. Mi papá no se equivocó contigo. Me das asco— me solté de su agarre y lo dejé con la palabra en la boca.

No tengo derecho a reclamarle nada, pero sí a negarme a cumplir con sus caprichos. No tengo por qué sentirme mal por esto, pero una parte dentro de mí, no sé si sea por la misma situación que me he enfrentado durante estas semanas, pero me siento decaída, herida y ahora más sola que nunca. Quería creer que en el fondo era una buena persona, pero la realidad es que, si me ha ayudado en todo esto, es probable que sea porque quiere tenerme en sus manos y usarme como quiere, pero no le daré el privilegio. Suficiente humillación acabo de recibir de su parte y no aguantaré una más.

Culpable [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora