Aiden
Rachel se quedó dormida y decidí salir del cuarto con cuidado para no despertarla.
Me juré que no vendría a verla de nuevo y es lo primero que hice, como un idiota me he vuelto a fallar. Debo odiarla, necesito hacerlo, pero a medida que lo trato, mis intentos son infructuosos.
Sé que debo sacarla de mi vida, de mi cabeza y de mi alma, pero ella sigue batallando ahí dentro, sin interés de marcharse.
Tuve todo al alcance de mis manos. La tuve a ella durmiendo entre mis brazos, sin siquiera imaginar que podía ocultarse tanta maldad en un cuerpo tan pequeño y frágil.
Le he fallado a mi hermana, a mi familia, pero sobre todo a mí mismo. Amarla sobre todas las cosas es mi castigo, porque incluso sabiendo la verdad, no puedo arrancarla de mi pecho como quisiera.
No vi venir su engaño. Siempre quise pensar que las pruebas habían sido alteradas, que su inocencia era real, que todos los que me advirtieron estaban equivocados. Creí en sus palabras y en su mirada, pero supo cómo engañarme y envolverme.
Mi teléfono sonó con un número no identificado y, aunque planeaba no responder porque no me sentía de ánimos, terminé respondiendo.
—¿Quién es?
—No importa quién soy. Te he enviado un regalito por correo, espero le eches un vistazo.
—Eres tú...
—No sé quién crees que soy, pero puedo garantizarte que nunca nos hemos visto. No temas en abrir el enlace. Verás, te he enviado la página que manejaba tu hermana la santita junto a sus demás amigas. Considero que encontrarás la respuesta a la mayoría de tus preguntas.
—¿Página? ¿De qué estás hablando?
—En unos breves momentos lo sabrás.
—¿Por qué haces esto?
—Quiero tener la fiesta en paz con Rachel. No tengo ningún interés ni de fortalecer los lazos, ni tampoco de hacerle daño.
—¿Y qué hay de tu otra hermana?
—Ella es todo lo contrario. Ni pierdan tiempo tratando de hacerla entrar en razón, pues es un caso perdido. Dile a Rachel que ahora estamos a mano, las gracias para luego — colgó la llamada, dejándome con la palabra en la boca.
Su voz es tan idéntica a Rachel, que solo me causa amargura.
Debía arreglar la situación de Andrea, pero la curiosidad por saber lo que esa mujer me había enviado era más; por esta razón, entré a mi estudio y accedí a mi computador. En el correo tenía un mensaje, en el que había un enlace y una foto en donde mostraba alguien de negro y encapuchado bajándose de un auto. No se puede apreciar rostro alguno, pero el auto se parece mucho al de Andrea. La tablilla no se ve completa, pero con lo que se ve es suficiente para averiguar si es o no es.
Le di sobre el enlace y abrió una página con un fondo oscuro. Parecía un blog, por la cantidad de palabras y comentarios. Aunque no aparecían nombres, no fue difícil reconocer la foto que aparecía en el recuadro de la publicación. La foto era de un gato blanco, la misma que usaba mi hermana en sus redes sociales. Su usuario era el más que tenía publicaciones. Cada una de ellas tenía un enlace al cual decía que se tenía que acceder para más diversión. Pensé que me encontraría con algún material íntimo, pero no fue así. La gran cantidad de material que había en esos enlaces era de chicos siendo intimidados por un grupo de niñas. Cada uno era peor que el otro. Dejándome llevar por el uniforme, eran niños de la misma escuela a la que asistía.
Entré a cada uno de ellos, hasta toparme con un álbum que tenía de nombre "Miss Pecas". El contenido me dejó atónito al reconocer a Rachel. Su labio estaba partido y de su nariz goteaba sangre. Ese grupo de niñas estaban rodeándola y dándole patadas en el suelo, pero ella no se defendía. Incluso si lo hubiera hecho, eran demasiadas contra ella.
Busqué los demás videos y fotos que estaban adjuntadas, y en cada una de ellas aparecía Rachel llorando en una esquina. Su ropa parecía húmeda y su cabello se veía despeinado. ¿Por qué estaba sucediendo esto? ¿Por qué se dejó hacer todas estas cosas? ¿Por qué no dijo nada?
El último video fue el causante de que enfureciera, tras escuchar la voz y la risa de mi hermana Rebecca. La reconocí de inmediato, ¿y cómo no iba a hacerlo?
Dentro de mí surgieron muchas dudas. Si ellas eran tan amigas y Rebecca hablaba de ella como si la considerara su mejor amiga, ¿por qué le hacía esto? ¿Por qué grababa todo y no impidió que le hicieran estas cosas?
«Ella no era lo que todos pensaban. Tu hermana me hizo daño como no tienes idea».
¿Qué hiciste, Rebecca? ¿Por qué demonios hiciste esto? ¿Qué estaba pasando por tu cabeza? ¿Cómo se supone que te defienda ahora?
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Culpable [✓]
RandomLa cárcel es el infierno en la tierra, donde encierran a los seres más despiadados y son sometidos a enfrentar la justicia y pagar por sus atroces crímenes. Al pasar por el cedazo de la justicia y ser juzgado, de ser hallado culpable; deberás cumpli...