Las siguientes semanas estuve asistiendo a las terapias grupales que me comentó Tony. La verdad es que su indiferencia cada vez es más notoria. Lo único que me tranquiliza de cierto modo es que, aunque las cosas estén así entre los dos, ahora la tengo conmigo y por fin podrá reunirse con nuestra hija. Ella luce más tranquila, observando los alrededores, ni siquiera me ha dirigido palabra por el camino. Todo parece indicar que está mucho mejor, aun así, Tony me dijo que no la presione, que trate de darle su espacio y no le traiga malos recuerdos a la mente.
—Me gustaría que habláramos luego. Hay algunas cosas que me gustaría decirte — le dije.
—Yo también — se bajó del auto a toda prisa y entró a la casa.
¿Qué será lo que quiere decirme?
Entré a la casa y la vi cargando a la niña. Quise darle su espacio, pues Alana se veía extremadamente feliz en sus brazos. Fue un momento muy conmovedor. Mi corazón se estremeció al verla por fin con nuestra hija. A pesar del tiempo, valió la pena la espera. Sus ojos estaban llorosos y los míos igual. Ver la felicidad en el rostro de nuestra princesa es reconfortante. No ha habido un solo día en que no le mencione a su mamá. Cada vez que decía «mamá» dolía mucho, porque sé que estaba llamándola porque la echaba de menos y porque necesitaba de ella. Ahora eso no va a suceder más.
Las dejé compartir por un rato, ni siquiera me atreví a acercarme para no dañar ese momento que tanto le hacía falta a las dos. Incluso Nany se mantuvo distante para no interrumpir. Cuando ella fue quien rompió el silencio y se acercó, decidimos ir juntos al estudio y dejar a Alana con Nany. Ahora que nos encontrábamos solos no sabía por dónde comenzar o qué decir. Eran muchas cosas las que quería decirle, pero con la advertencia de Tony, ahora no sé.
—¿De qué querías hablar? — rompió el silencio.
—Me alegra mucho que estés de vuelta. Te ves mucho mejor.
—¿Eso era lo que querías decirme?
—No, yo...
—Estoy muy feliz de estar de vuelta con mi hija. Espero poder recuperar el tiempo perdido con ella; porque espero que te quede claro que si he regresado a esta casa es por ella.
—Claro, solo por ella... — carraspee, en busca de evitar que se agudizara ese nudo en mi garganta—. Logré recuperar los documentos de la herencia de tu padre. Por cierto, tu hermana está en la cárcel, pagando por todos sus crímenes.
—Eso cambia muchas cosas. ¿Cuándo podré manejar la herencia?
—Tan pronto firmes los documentos.
—Bien. ¿Dónde están los documentos?
—Hablé con el abogado y los traerá mañana.
No entiendo su repentino interés en la herencia. Antes no parecía importarle mucho.
—Qué bueno. ¿Por qué me miras así? Ah, claro. Debes estar esperando que te agradezca. Gracias, Aiden.
—No esperaba que me agradecieras. Lo hice porque eso te corresponde.
—Hiciste muy bien. ¿Sabes la cantidad de dinero que dejó?
—No sé la cantidad, pero dejó varias propiedades a tu nombre.
—Suena bien. Tan pronto se haga válida la herencia, quiero que vayamos a la corte.
—¿A la corte?
—Sí. Quiero luchar por mis derechos como madre de Alana. Quiero asegurarme de que no volverás a quitármela.
—Rachel, yo no te la quise quitar en ningún momento. Todo lo que hice fue por tu bienestar.
—No pienso discutir contigo, Aiden. Ella es mi hija y quiero pasar más tiempo con ella como corresponde.
—Pero ahora podrás hacerlo.
—Yo no quiero vivir bajo el mismo techo que tú.
—Entiendo que me odies, que me guardes rencor como lo haces, pero ¿realmente hay necesidad de tomar una decisión tan drástica? Nuestra hija ha estado viviendo toda su vida en esta casa. Además, aquí ambas lo tienen todo. Ni a ti, ni mucho menos a ella les va a faltar algo.
—Mi tranquilidad vale más de lo que tú puedas ofrecerme.
—Seré yo quien se vaya, si eso te va a dar la tranquilidad que tanto deseas, pero, por favor, no le hagas ese daño a Alana. Tampoco la quieras alejar de mí por ese odio que me tienes.
—No somos iguales, Aiden. No pienso alejarla de ti, solamente no quiero verte.
—Está bien. Tú mandas. Mañana mismo me iré.
—Maldita sea... —dijo en voz baja—. No tienes que irte, con que no te cruces en mi camino es suficiente — suspiró profundamente—. Ella también necesita de ti y no tiene la culpa del tipo de padre que le tocó. La culpa es mía.
—Rachel...
—¿Hay algo más que quieras decir?
Te amo... te extrañé... estoy feliz de tenerte aquí... sí, son palabras que debería decirle, pero que sé que de nada servirán porque su desprecio es visible en sus ojos y porque estaría presionándola y no quiero alejarla más de mí. No puedo descifrar si queda algo de amor ahí dentro hacia mí o no.
—Comienzas en dos semanas en la universidad. Es presencial, así que deberás prepararte. Eso era lo que quería decirte.
Preparé todo con anticipación para poder darle la sorpresa. Incluso si lo único que me gano eternamente es su desprecio, me sentiré feliz de saber que pude hacer su sueño realidad.
—Gracias, pero no tenías que molestarte. A fin de cuentas, estaba en mis planes hacerlo ahora que contaré con la herencia de mi padre. Te devolveré hasta el último centavo que has tenido que invertir en mí. Me sentiré mejor cuando no te deba nada. Buenas noches... — salió del estudio sin decir nada más.
La verdad es que esperaba que no añadiera nada más, porque el corazón me estaba doliendo con sus palabras e indiferencia.
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Culpable [✓]
RandomLa cárcel es el infierno en la tierra, donde encierran a los seres más despiadados y son sometidos a enfrentar la justicia y pagar por sus atroces crímenes. Al pasar por el cedazo de la justicia y ser juzgado, de ser hallado culpable; deberás cumpli...