Su risa fue algo que me causó escalofríos.
—Solo espero que esto sea una broma de muy mal gusto, Rachel.
—No, no lo es, Aiden. Daría lo que fuera para que esto fuera algo que pudiera cambiar, pero es imposible. Quiero que sepas que yo...
—Repite lo que has dicho, porque creo que he escuchado mal.
—No, no has oído mal. Hay una explicación para lo que hice, te lo juro, pero necesito que me escuches — mis palabras se vieron silenciadas por el estallido del jarrón de la mesa de noche al romperse en miles de pedazos.
—Te doy un solo instante para que te retractes de eso que has dicho y me digas que estás jugando conmigo porque estás aburrida o porque quieres que te deje ir a no sé dónde.
—No estoy jugando, Aiden. Sé que debes sentirte muy mal en este momento y que no creo que existan las palabras adecuadas para calmar tu dolor, pero yo...
—¿Tu qué? — su mano agarró mi cuello, pero no ejerció ningún tipo de presión —. Vaya, ahora lo comprendo— hizo un gesto de que estaba pensando y luego volvió a mirarme—. Claro, te has burlado de mí todo este tiempo, haciéndome creer que te importo, que compartes los mismos sentimientos que yo, pero todo ha sido con el propósito de extender más tus días y tener un idiota que te proteja y te deje vivir como una reina, ¿no es así? Te metiste en mi cabeza, en mi corazón, para ahora enterrarme un puñal en la espalda.
—No, eso no es cierto. Te juro que no es así.
—Tuve todas las pruebas a la mano, incluso testigos, aun así, me quise meter en la cabeza que el equivocado era yo. Joder, sí que soy un mendigo idiota.
—Ella no era lo que todos pensaban.
—Ah, ¿sí? ¿Esa es tu justificación para arrebatarle la vida de esa manera tan siniestra y cruel? Debí imaginar que tienes el corazón podrido. Tanto que me reclamaste mis métodos, pero tú resultaste peor que yo.
—Escúchame, por favor...
—¡No quiero escucharte ya tuve suficiente de tus mierdas y tus mentiras! — vociferó—. Me has visto la cara de pendejo todo este tiempo. La vida es tan hija de puta que me vengo a clavar dos veces a la mujer que mató a mi hermana. ¿Así que este es mi castigo por idiota? Pasé por alto todo, quise creer en ti y en tu palabra. Hasta te tuve lástima cuando mataron a tus padres y no sé ni por qué. Supongo que cada cual cosecha lo que siembra, ¿no?
—Tu hermana me hizo daño. Me lastimó como no tienes idea.
—Te has hecho pasar por una mosquita muerta. Has escondido bien tus garras y los colmillos. ¿Debo aplaudirte por tu excelente teatro y actuación? Te escapaste de la justicia terrenal, Rachel, pero existe mi justicia y de esa te juro que no te libras.
—Yo no recordaba nada.
—Ah, ¿sufriste amnesia? Qué buena excusa. Solo recuerdas lo que te conviene, ¿no?
—Te juro que no recordaba nada. Si hubiera sabido esto antes, jamás te hubiera engañado. Al contrario, asumiría las consecuencias de mis actos.
—Casualmente lo haces ahora que estás embarazada. ¿Piensas usar a mi bebé para manipularme? Más que nada sabes lo mucho que amo a ese bebé y que sería incapaz de hacerle daño, por eso lo has confesado ahora, para asegurarte de que no te haga nada.
—¡No es cierto!
—Sí, es cierto. Eres un ser despreciable. El demonio vestido de mujer. Me tenías bajo tu encanto y tu hechizo, haciéndome sentir estas cosas por dentro. Eres una perfecta mentirosa— acarició mi mejilla y lo miré fijamente—. Te creí tan pequeña, tan débil e incapaz, pero mira lo que resultaste ser. Te amé, pero desde este momento, has exterminado por completo, todo lo que alguna vez sentí por ti. Maldigo el maldito día en que tuviste que aparecer en mi vida, Rachel— sus ojos, a pesar de lo cristalizados que se veían, reflejaban un profundo rencor que solo me causaba tristeza y dolor—. Y que te quede claro una cosa; si no te mato en este momento como te mereces, como dije anteriormente, es porque llevas cargando a mi bebé en tu vientre, pero tan pronto des a luz a mi bebé, se quedará conmigo y tú jamás lo vas a ver. Ese será tu castigo — salió de la habitación, tirando fuertemente la puerta.
Aunque extendí mi mano hacia su dirección queriendo así fuera detenerlo, sabía que no tengo ningún derecho de hacerlo. Además de que las probabilidades de que me escuche en este momento son muy bajas. Mi corazón se sentía como si lo hubiera pisoteado. No podía sacarme de la cabeza esa mirada llena de desprecio que me dedicó. Me lo merezco, sé muy bien que sí, pero duele; duele más de lo que pueda describir.
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Culpable [✓]
RandomLa cárcel es el infierno en la tierra, donde encierran a los seres más despiadados y son sometidos a enfrentar la justicia y pagar por sus atroces crímenes. Al pasar por el cedazo de la justicia y ser juzgado, de ser hallado culpable; deberás cumpli...