-¿Cómo es que no me dijiste que tenías un gemelo?
-No lo creí importante.
Asiento, pensativa.
-No lo creíste importante- Repito- ¿Cómo no sería importante mencionar que hay otro sujeto que luce exactamente igual a ti?
Miller duda.
-Bueno, si lo pones de esa manera… tienes razón, es importante- Responde como si nada.
-¡Lo sé!
-Esa mierda se dice en la primera cita muchacho- Dice una mujer mayor a mi lado.
Miller hace una mueca como respuesta.
Nos encontrábamos de nuevo en la carpa central, donde habían dispuesto mesas redondas con pequeñas esculturas formadas por flores en forma de carruajes para princesas.
Habíamos llegado hace horas, y aún no había tenido el placer de conocer a las famosas gemelas.
Lo más cerca fue cuando estuvieron robando comida de la mesa de postres. Pero aún así lo único que había visto era largo cabello dorado que rebotaba con cada paso que daban.
Según lo que había notado, preferían la atención de los adultos, a la de los otros niños. Pues como había dicho Sarah, preferían ser anfitrionas antes que nada.
Suspirando, tomo una galleta en forma de pony, masticándola sin ganas.
-¿Por qué estas tan molesta?- Pregunta Miller.
-Ay no lo sé, déjame pensarlo- Tomo otra galleta, manteniendo mi boca llena en lugar de empezar a gritarle y hacer una escena.
Miller suspira.
-Solo suéltalo.
Lo pienso unos segundos.
-Sigo molesta por lo de Ethan- Respondo al fin.
-¡Igual que yo!, créeme, no hay nadie más molesto que yo cuando se trata de Ethan.
-¡Tú empezaste esto!
Me mira incrédulo.
-¡Yo no lo traje al mundo!, ¿Cómo puede ser mi culpa?
-¡No me refiero a eso!- Respondo molesta- Hablo sobre que no me dijiste de su existencia.
-¡Te dije que tenía un hermano!
-Lo hiciste, pero no dijiste que tenía tu puta cara.
-No me hables de esa manera- Responde de manera seria.
-¿O si no qué?- Inquiero.
Acerca mi silla a la suya, estando así unidos desde las caderas hasta los hombros, ocasionando un escalofrío en mi cuerpo.
Mi respiración se acelera cuando acerca su mano a mis muslos.
-Sigue así y no tendré otra opción que doblarte sobre esta mesa y follarte hasta el cansancio.
Su aliento cálido hace cosquillas en mi oído, haciéndome retorcerse sobre mi asiento.
Lo miro fijamente.
-¿Estas amenazándome o haciendo una promesa?
Traga saliva con la vista fija en mis labios.
-Eres un sueño, ¿Lo sabías?
-Lo he escuchado un par de veces- Respondo, relamiendo mis labios.
Miller gruñe.
-Tranquilo campeón, sólo lo he escuchado venir de ti.
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The Boss
RomanceRebeca nunca imaginó que una simple noche de chicas y alcohol terminaría convirtiéndose en el pretexto perfecto para iniciar un romance prohibido con su sexy e irresistible jefe, Miller Kent. ¿Ambos podrán resistirse a las tentaciones del otro? ¿E...