CAPITULO 3

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Mi lunes de mierda no daba indicios de mejorar.

Para empezar, una junta de treinta minutos terminó siendo de dos horas, repasando los mismos puntos todo el maldito tiempo, lo que me tenía bastante molesto. ¿Era demasiado pedir que la gente hiciera su jodido trabajo?

Gracias a ese retraso tuve que cancelar otras dos reuniones, y retrasar una a la que de por si ya estaba llegando tarde.

-Luces como si no hubieras dormido una mierda.

No tengo que girarme para saber que se trata de Stefan, mi guardaespaldas.

-Si bueno, tengo mucho trabajo.

-Si, seguramente se trata de eso- Dice colocándose a mi lado, mirando su teléfono al caminar- ¿Pero estás seguro de que no es por cierta morena misteriosa calienta braguetas?

Suelto un bufido restándole importancia al asunto.

-Ya ni si quiera la recordaba.

Si claro, como si hubiera dejado de pensar en ella.

Había llegado a un punto en el que creía que había sido un sueño.

De no ser porque Stefan también la había visto, y que había manchas de lápiz labial en el cuello de la camiseta que había usado el sábado por la noche. La cual estaba guardada en un cajón de mi departamento, al lado de la blusa que me regaló, ya que seguían oliendo a ella.

No es que lo fuera admitir.

-¿Por eso pediste las grabaciones de seguridad del estacionamiento y de la barra?, ¿Porque ya la olvidaste?

Sintiendo el mal humor comenzar a burbujear en mi interior, decido terminar con aquello.

-Cállate y dime lo que encontraste- Espeto, molesto.

Con un suspiro, me entrega su teléfono mientras sonríe engreídamente.

Al abrir la carpeta saltan ante mis ojos docenas de fotos y vídeos, todos tomados por distintos ángulos por las cámaras de seguridad.

-Fue ahí con una amiga- Explica- Pero no pudimos obtener el nombre de ninguna de las dos ya que pagaron con efectivo.

En la carpeta había fotos de ambas chicas, bailando y pidiendo tragos. La que supuse era su amiga, era una chica pelirroja y por lo que había visto hasta el momento, había bailado con medio bar.

Mientras que mí chica había pasado la mayor parte del tiempo bebiéndose hasta el agua de las plantas. Cuando no estaba tratando de conseguir tragos gratis, en su mayoría solo había imágenes de ella bailando con la pelirroja.

Había un par de vídeos también, en uno de ellos me encontraba hablando con ella, y minutos después apareció en pantalla como ella se abalanzaba sobre mí.

-Envíame todo eso- Le digo a la vez que le devuelvo el teléfono.

-Si señor- Me dice al estilo militar, que es su manera de burlarse de mi, no de demostrarme su respeto- ¿Para que quieres los vídeos?, ¿Ocuparte de tus asuntos ya no es tan divertido solo con su recuerdo?

Ignoro su pregunta, recordándome que hay otro asunto pendiente.

-También quiero que busques al hijo de puta que la atacó, y no lo dejes entrar de nuevo a ningún club- Ordeno, apretando los puños al recordar el incidente- Corre la voz.

Antes de que tenga oportunidad de decir cualquier cosa, Mark aparece por el pasillo, luciendo agitado.

-¿Dónde demonios has estado?, ¿Has olvidado que tienes una reunión con la nueva editora asistente?

The BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora