CAPITULO 21

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No tenía idea de cómo, pero me encontraba en un taxi, en dirección al hospital, o al menos creo que eso fue lo que le dije al conductor.

Me sentía como en una pesadilla. Todo se sentía tan real y tan lejano a la vez.

Las luces de los autos se reflejaban en el vidrio frente a mi, haciéndome odiarlos a cada uno de ellos.

Una parte de mí gritaba que lo que había pasado no era un accidente. Aunque era muy pronto para sacar mis propias conclusiones, no descartaba nada por el momento.

La idea de que Rebeca ya no estuviera era suficiente para desear que yo no lo estuviera tampoco.

La muerte había marcado de maneras inexplicables mi vida con el paso del tiempo. Primero había sido Lily, y Eleanor le había seguido de cerca. Había sobrevivido a duras penas a ambas muertes, pero no creía recuperarme si algo le pasaba a Rebeca.

Ella era luz pura en mi vida. Ahuyentaba las sombras de mi pasado, que aún después de tantos años seguían atormentándome.

Nunca me presionó para hablar de ello, y en su momento estuve agradecido. Pero ahora me sentía devastado porque existía la posibilidad de que Rebeca se haya ido de este mundo amando a un hombre el cual no conocía como ella creía.

Así que me hice una promesa.

Si ella sobrevivía a esto, le contaría la verdad.

El taxi se detiene frente al hospital, le doy un billete de cien dólares y salgo del auto. Le habría dado los derechos de cada uno de mis negocios si me llevaba a su lado.

Atravieso las puertas y a mi alrededor reina el caos. Había enfermeras corriendo de un lado a otro, atendiendo a los heridos que se encontraban en las camillas. Algunos de ellos tenían collarines, pero a los que les fue peor eran aquellos que tenían una pierna torcida o la cara bañada en sangre.

Detengo a una enfermera, tomándola del brazo.

-¿Qué diablos pasó?

Ella intenta zafarse de mi agarre, y la suelto cuando me doy cuenta de que estoy ejerciendo mucha presión.

-Lo siento- Me disculpo.

Ella asiente, comprensiva.

-Un auto embistió a una camioneta, dio tantas vueltas que golpeó a otra media docena de autos.

Jesús.

-La camioneta que fue embestida, ¿Sabe si la mujer que iba adentro está bien?

Ella niega.

-No tengo idea señor, lo lamento.

Asiento, tirando de mi cabello.

-Puede preguntar en recepción- Continua, señalando donde había un grupo de gente aglomerada alrededor de una mujer que parecía a punto de explorar.

Asiento.

-Gracias- Le digo, pero ella ya estaba corriendo a atender a un paciente que gritaba desesperadamente.

Toda la situación estaba provocándome náuseas, pero eso no me impidió continuar. Empujando a un par de personas, me acerco a la enfermera con una tablilla.

-¡Todos deben calmarse!- Grita, alejándose a quienes intentaban arrebatarle la tablilla.

-¡Mi hija estuvo en ese accidente, no me digas que me calme!

-¡Mi madre y mis hijos estaban ahí!

-¡Solo danos la puta información!

-¡¿Sabe si la mujer de la camioneta está bien?!- Grito, uniéndome al coro de gritos a mi alrededor.

The BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora