Cuando desperté ésta mañana Miller ya no estaba.
Mis mañanas solían comenzar con Miller besando alguna parte de mi cuerpo, seguido por algo de sexo somnoliento. En cambio, me despertaron dos pares de ojos azules que se encontraban a centímetros de mi rostro, expectantes.
-¿Estás muedta?- Pregunta Summer.
-Tiene los ojos abiertos, tiene que estar viva.
-Puede ser un zombie.
Harlow se encoje de hombros.
-Buen punto- Concuerda.
Me estiro bajo las sábanas, sabiendo que tendría un largo día por delante.
-No estoy muerta, no se preocupen.
-¿Eres un zombie?
Niego, sentándome.
-Tampoco soy un zombie, cariño.
Harlow me mira escéptica.
-¿Segura?
Tomo una respiración profunda.
Dios, dame paciencia.
-¿Porqué no me creen?
Summer se sienta sobre sus rodillas.
-No te movías.
Suspiro.
-Es porque estaba dormida.
Summer toma un mechón de mi cabello, enredándolo en su dedo regordete.
-En las películas las personas hacen ruidos extraños cuando se convierten en zombies.
Frunzo el ceño.
Yo no roncaba.
-¿Hice algún ruido mientras dormía?- Pregunto confundida.
Harlow niega, haciendo que los rizos dorados rebotaran sobre sus hombros.
-No, pero el tío Ethan y su linda novia estaban haciendo ruidos extraños- Susurra.
Abro los ojos de par en par.
-¿Ah, si?- Pregunto incómoda, tratando de pensar en algún cambio de tema rápidamente.
Asiente enérgicamente.
-Pero cuando entramos a la habitación se quedaron quietos en una pose extraña, por lo que pensamos que podrían convertirse en zombies.
Trago saliva.
-Por eso cuando volvimos y notamos que no te novias, creímos que te pasaba lo mismo.
-Estoy bien, no sé preocupen.
-¿Y mi tío?
Acaricio su cabello.
-Ellos también están bien, no se preocupen por nada.
Las gemelas se miran entre sí y se encojen de hombros.
-¿Qué hay para desayunar?
Me lo pienso un segundo, levantando las sábanas del suelo.
-¿Panqueques?- Pregunto dudosa.
Summer comienza a dar saltitos sobre sus pies y Harlow se le une, gritando de felicidad.
-Panqueques serán, entonces.
-Yo los quiero con chocolate.
-Y yo con fresa.
Me doy una palmada mental.
-Creo que tendré que ir al supermercado…
-Ya me encargo yo- Dice Ethan, entrando en la sala.
-¡Tío!
-¡Es mi tío!
-¡Yo lo vi primero!
Las gemelas salen disparadas contra Ethan, quien se agacha para atraparlas al vuelo, cargándolas y llenándoles sus pequeñas caritas de besos.
Algún día.
-¿Entonces se fue sin más?- Pregunta Emery.
Asiento, metiéndome un pedazo de chocolate a la boca.
Emery había llegado justo después de que Ethan se fuera en busca de los ingredientes que necesitábamos para el desayuno.
-Sólo se fue. Le envié un mensaje y me dijo que estaba arreglando unos asuntos.
-Yo creo que huyó- Comenta Kate.
La miro mal.
-Miller no huye.
Se encoje de hombros.
-Tal vez al compromiso sí.
Meneo la cabeza, exasperada.
-Él fue quien me estuvo persiguiendo desde el comienzo.
-Cierto- Concuerda- Pero sólo se trataba de ti. Ahora quieres añadirle niños a la ecuación y eso no le gusta.
-Bueno, cualquiera se asustaría.
Emery asiente, bebiendo de su café.
-Cuando Joe se enteró que estaba embarazada casi le da un infarto. Digo, estábamos en el mejor momento de nuestra relación, estábamos empezando con el Spa y él con su estudio de fotografías. La vida nos estaba sonriendo y entonces todo se fue al carajo.
-¿Al carajo?
Asiente.
-Pero sólo durante un par de días. Después de la primera ecografía todo fue hermoso- Mira por la ventana, recordando- Ha sido un excelente padre y esposo desde entonces.
Estaba cien por ciento segura de que Miller sería un gran padre algún día. Lo había visto convivir con sus sobrinas y era algo realmente maravilloso de ver.
Era un hombre paciente, cariñoso, protector, tierno y divertido, y yo no podía esperar para pasar el resto de mi vida junto a él.
Kate toma su cartera antes de levantarse de la mesa.
-Hablando de todo esto, hoy me toca.
Ruedo los ojos.
-Hasta las gemelas se dieron cuenta de que hoy te toca.
Kate aprieta los labios, sonrojándose.
-Eso no.
-¿Entonces qué?- Pregunta Emery.
Se encamina a la puerta.
-Mi prueba de embarazo mensual.
-¿Tu qué?
Kate asiente.
-Me hago una prueba de embarazo unos días antes de mi periodo.
-¿Porqué?
Suelta un bufido, como si la pregunta le resultará estúpida.
-¿Porqué la gente se hace pruebas de embarazo?
-Para saber si están embarazadas…
-Exacto.
-¿Y porqué lo haces cada mes?
Kate se encoje de hombros.
-Tengo una vida sexual demasiado activa. Y desde que tuve un retraso de dos meses cuando tenía diecinueve años, no quiero que me tome totalmente desprevenida- Explica, encogiéndose de hombros.
-Debe ser un enorme gasto comprar una prueba mensual.
-No tanto como lo sería si fueran pañales…
-¡Carajo!
Emery y Kate se giran para verme.
-¿Estás bien?
-Demonios Rebeca, estás más blanca que yo.
No puede estar pasando, ¿O sí?
-¿Rebeca?- Pregunta Kate, luciendo verdaderamente preocupada.
-Cuatro meses- Susurro, sintiendo un nudo en el estómago.
-¿Qué pasa con eso?
-Llevo saliendo cuatro meses con Miller.
Kate frunce el ceño.
-¿Todo esto porque olvidaste un aniversario o algo así?
Niego suavemente, con la mirada perdida.
-En estos cuatro meses, sólo he tenido mi periodo una sola vez, y eso fue antes del accidente de auto.
Emery alza las cejas.
-¿Crees que estás?...
-No puede- Interrumpe Kate, mirándome fijamente- Es estéril.
-¿Lo eres?
Asiento.
-¿Cómo lo sabes?
-Se lo dijo su médico hace un par de años, y bueno, no ha habido niños aún, por lo que debe ser cierto.
Emery frunce el ceño.
-¿Siempre usas condón?
-Bueno, las pocas veces que tuve sexo después de la noticia, lo hice. Eran extraños así que no quería alguna enfermedad o algo así.
-¿Y con Miller?- Pregunta Kate.
Trago saliva.
-Sólo una vez. Después le dije de mi infertilidad y simplemente los dejamos de lado.
-Tal vez tenga semen mágico.
Frunzo el ceño.
-¿En serio?- Pregunto incrédula.
Emery asiente, convencida.
-Eso explicaría porqué no hubo cambios con otros idiotas.
-O simplemente por el uso del condón.
Emery niega.
-Yo le apuesto al semen mágico. Después de todo, sales con un perfecto espécimen humano.
-Buen punto.
-¿Crees que sea posible?...
Kate miraba mi abdomen fijamente, como si esperara a que una enorme panza de embarazada brotará de pronto.
-No lo sé- Admito.
Siempre supe de mi infertilidad pero jamás me preocupo mi periodo, ya que siempre llegaba puntual.
A excepción de ésta vez.
Kate golpea el suelo repetidamente con su sandalia, volviéndolo un sonido tremendamente molesto.
-¿Puedes dejar de hacer eso?- Inquiero molesta.
-Lo siento- Murmura, sentándose a mi lado y acariciando mi espalda- Necesitamos ver al doctor Morrison.
Asiento.
-Me parece una gran idea.
Ethan había sacado a pasear a las niñas después del desayuno, por lo que teníamos un rato libre para ir a la consulta y volver.
Me apresuro a la regadera, dándome una ducha rápida. Cuando termino, salgo disparada a mi habitación, colocándome un vestido de tirantes.
Embarazada.
¿Sería posible?
Después de tantos años, estaba a punto de descubrirlo.
Trenzo mi cabello antes de salir de la habitación. En cuanto me ven, Emery y Kate se levantan como resortes del sofá, apresurándose a la salida. Al llegar al estacionamiento, Kate rebusca en su bolso, tratando de encontrar las llaves de su auto.
-Ya llamé al doctor Morrison, dijo que puede atendernos en cuanto lleguemos.
-Bien, hay que apresurarnos.
-Joder, extrañaba tener amigas- Dice Emery- Porque somos amigas, ¿No?
-Literalmente nos viste el coño desnudo y nos estás acompañando en una prueba de embarazo, obviamente somos amigas.
Emery lo piensa unos segundos hasta quedar satisfecha con el argumento de Kate.
-¡Tengo las llaves!
Subimos al auto, con Kate al volante y Emery como copiloto.
Nos aproximamos a la salida del edificio cuando una camioneta negra se planta en la salida, impidiéndonos el paso.
Kate frunce el ceño, haciendo sonar el claxon.
-¡Muévete idiota!, ¡Hay una embarazada abordo!
-¡Kate!
-Lo siento, pero si eso no hace que se mueva, entonces esto lo hará.
Saca el teaser de su bolso y sale del auto, encaminándose a la camioneta frente a nosotras.
-Carajo- Murmuro, saliendo del auto y yendo tras Kate.
Otra orden de restricción es lo último que necesitábamos justo ahora.
-¡Kate!
-¡Abre la jodida puerta, cobarde!
Kate golpeaba la ventanilla del conductor con el mango del arma, pareciendo amenazante.
-¡Kate, detente maldita sea!
-¡Es él el que no mueve su auto!, ¿Porqué tengo que ser yo la mala?
-¡Porque tú estás armada!
Kate mira el arma en su mano.
-¿Cómo sabes que él no está armado?
Meneo la cabeza, exasperada.
-¡Déjalo en paz!
La ventanilla del copiloto se abre unos centímetros.
-¡Dile que baje el puto teaser!
Frunzo el ceño, tratando de ver dentro del auto.
-¿Stefan?
-¡Sí, ahora dile a la pelirroja que baje el arma!, ¡No pienso volver a pasar por eso!
Le arrebato el teaser a Kate, alejándola de la camioneta y dejando que Stefan abra la puerta, encarándonos.
-¡¿Qué carajos te pasa, maldita loca?!
Kate rueda los ojos, cruzándose de brazos.
-Bésame el trasero.
Stefan rueda los ojos, girándose en mi dirección.
-¿A dónde crees que vas?
-¿Disculpa?
¿Acaso se creía mi padre?
¿O Miller?
Stefan me mira mal.
-Miller dijo que si necesitabas salir, me llevarás contigo.
-No pienso ser tu niñera.
Rueda los ojos, cuadrando los hombros.
-No te preocupes por eso. El que hará de niñera soy yo.
-¿Cómo dices?- Pregunto incrédula.
Stefan asiente.
-Lo que escuchaste. Si necesitas ir a algún lugar, yo las llevaré.
Mira de reojo a Kate, haciendo una mueca.
-Incluso a ella.
-Uhm, ¿Rebeca?
Emery se acerca, mirándome preocupada.
-¿Qué sucede?
Señala mis piernas, y confundida me inclino, preguntándome qué diablos pasaba.
¿Había olvidado ponerme zapatos?
No, si los tenía, pero una mancha roja al lado de mi pie llama mi atención.
-¿Qué carajos?...
Mi mirada se desliza por mi pierna desnuda, donde un hilo de sangre descendía de mi entrepierna. Mi corazón se acelera con fuerza, taponando mis oídos al instante.
Una de mis manos sube hasta mi abdomen, donde presiono, como si tratara de proteger algo que probablemente no estaba ahí.
De pronto, no puedo ver ni escuchar lo que pasa a mi alrededor. Un par de manos me sujetan antes de caer al vacío.
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The Boss
RomanceRebeca nunca imaginó que una simple noche de chicas y alcohol terminaría convirtiéndose en el pretexto perfecto para iniciar un romance prohibido con su sexy e irresistible jefe, Miller Kent. ¿Ambos podrán resistirse a las tentaciones del otro? ¿E...