El que Miller creyera que su familia era complicada sólo porque sus padres seguían teniendo sexo después de tantos años de casados, me hizo ser consciente de mis propios problemas familiares.
Mi madre estaba muerta, mi padre se había encerrado en si mismo y mi hermana había formado una familia con mi ex prometido.
Y yo estaba bien con eso, siempre y cuando el pasado se quedara ahí.
En el pasado.
-No pienso ir.
-No puedes hacerme eso, es mi cumpleaños.
-Lo siento papá, pero sería como retroceder un millón de pasos en mi estabilidad mental.
Papá rueda los ojos, bebiendo de su café.
-Estas exagerando, cariño. Solo sería un fin de semana.
Es mi turno de rodar los ojos.
-Necesito menos que eso para volverme loca- Respondo, recordando la noche que me encontré con Michael en el bar.
-Tienes que ir- Contesta rotundamente.
Niego, observando los carteles de se busca detrás de su escritorio.
Cuando era más joven papá no nos dejaba visitarlo en su oficina en la estación de policías. Por más urgente que fuera el asunto, nos hacía esperar en una cafetería que estaba a la vuelta.
Pero eso había cambiado con los años. Yo había crecido y mostrando resistencia a muchas de sus reglas. Visitarlo en la estación era algo nuevo aún, por lo que no estaba acostumbrada a ver a tantos criminales reunidos en un solo punto.
Bueno eso no era del todo cierto.
Seguramente estuve rodeada de ellos en alguno de los bares a los que salía por las noches con Kate, pero era totalmente diferente porque no sabía si tenían historial criminal o no.
No como ahora, que estaba rodeada tanto de hombres como mujeres esposados, esperando por juicio o que tomen sus datos.
Me estremezco un poco al ver a una mujer con poca ropa y con dos niños aferrándose a sus piernas junto con una bebé en brazos.
-Rebeca.
-¿Mhh?
-No te tortures así.
-Ella está fumando prácticamente sobre el rostro de la bebé.
Siento como se levanta de su silla, pero no puedo ver lo que hace, porque mi mirada sigue fija en la bebé que no paraba de llorar.
La escena se bloquea cuando papá me abraza, ocultándome los horrores del mundo con su pecho.
-Todo se arreglará, cielo.
Niego, presionando mi frente contra su camisa.
-Nada puede arreglarse si estoy muerta por dentro.
-No digas eso- Me regaña.
-Sabes a que me refiero- Suspiro, separándome de él, observando como cierra las persianas.
-Puedes probar con la adopción nuevamente. Apuesto a que estás más capacitada que hace un par de años- Comenta.
-No lo sé…
-Voy a serte sincero- Dice, mirándome fijamente a los ojos- El dinero puede comprarlo casi todo en este mundo, incluido la custodia de un niño. No me importa si el estado cree que no puedes hacerlo, si tú tienes fe en ti misma, podrás hacerlo.
Tomo una respiración profunda, pensando en sus palabras.
-También se necesitan contactos.
Suelta un bufido.
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The Boss
RomanceRebeca nunca imaginó que una simple noche de chicas y alcohol terminaría convirtiéndose en el pretexto perfecto para iniciar un romance prohibido con su sexy e irresistible jefe, Miller Kent. ¿Ambos podrán resistirse a las tentaciones del otro? ¿E...