CAPITULO 42

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A Sarah realmente le gustaba excederse con las fiestas.

El salón estaba lleno de hombres y mujeres enfundados en trajes caros y vestidos glamurosos.

Siempre me sorprendía la cantidad de personas que mi hermana solía invitar a esta clase de eventos.

Era una suerte que se casara con un hombre que cumplía cada uno de sus caprichos, y que además podía costearlos.

Jared no era de mi agrado al principio, pero hacía feliz a mi hermanita, y eso lo hacía ganar puntos. Porque si algo era cierto, era que a Sarah nada la hacía sentir tan feliz y plena como cuando estaba cerca de Jared y las niñas.

Entendía el sentimiento, pues desde que había conocido a Rebeca me sentía como estar en el cielo.

Por más empeño que pusiera en buscar a mi familia entre tanto gentío, fracasaba cada vez que mi mirada caía en mi mujer. Cada que la veía era como la primera vez que lo hacía, siempre causando la misma emoción y asombro en mí.

Y jodidamente no me cansaba de ello.

Rodeo su cintura con mi brazo, acercando su cuerpo al mío mientras caminamos entre la multitud.

No me perdía todas las miradas que recibía la mujer a mi lado, y eso me molestaba y llenaba de orgullo en partes iguales.

Porque los cabrones a nuestro alrededor deseaban lo que era mío.

-Esto es realmente increíble.

Asiento, echado un vistazo a mi alrededor.

-Apuesto a que lo ha estado planeando desde su anterior cumpleaños.

Rebeca ríe.

¿Acaso creía que bromeaba?

Seguimos adentrándonos entre el gentío hasta que ubico una cara familiar, por lo que nos llevó hasta un gran ventanal, donde mis padres parecían estar discutiendo.

-¡No puedes seguir fumando, Greyson!

Papá rueda los ojos, dándole otra calada al cigarro.

-Los chicos están aquí, no creo que  sea buena idea pelear frente a ellos.

-Ahora si te importa, ¿No?- Mamá rueda los ojos, sonriendo le a Rebeca- ¡Cielo, luces preciosa!

-¡Igual que usted, Martha!, ¡Me encanta su vestido!

Ambas mujeres se dan un abrazo, elogiando sus atuendos.

Saludo con la cabeza a mi padre, quien suelta el humo en suaves anillos antes de volverse con Rebeca.

-Veo que sigues aguantando al cabezota de hijo- Dice antes de besar su mejilla.

Rebeca sonríe, volviendo a mi lado.

-Espero seguir haciéndolo por mucho tiempo.

-¡Papá!- Grita Ethan detrás de nosotros, medio arrastrando a Kate, quien lucía pálida y a punto de desmayarse- ¡Ella es mi novia!

Rebeca escupe su vino y papá se atraganta con el humo.

-¡Al fin!- Grita mamá, corriendo a abrazar a Kate.

-Creí que sólo se acostaban- Murmura Rebeca, recuperando la compostura.

Ethan la mira incrédulo.

-¿Crees que compraría el edificio donde viven, solo para alguien con quien follo?

Kate golpea sus costillas, haciéndolo callar antes de darse cuenta de lo que había dicho.

The BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora