Prometido.Michael era hombre muerto, y si lo sabía o no, eso no importaba.
En un segundo lo tengo sujeto de la camisa y lo estampo contra la pared, sacándole un quejido de dolor.
-¡Vuelve a repetirlo, pedazo de mierda!- Bramo en su cara.
El muy inútil solo ríe, lo que aviva la furia en mí, así que le estampó el puño en la mandíbula, haciéndolo aullar.
-¿Vas a dejar que me hable así?- Le pregunta a Rebeca, por lo que vuelvo a empujarlo contra la pared, pero ésta vez rodeó su cuello con mis manos.
-¡No puedes dirigirle la palabra!
-¡Pruébame!- Me escupe, salpicándome de sangre.
Empiezo a arremetir contra él, dando puñetazos en su torso, haciéndolo doblarse sobre si mismo, tratando de protegerse de los golpes.
No creía haber estado más enojado y fuera de control en toda mi vida.
Lo tomo por los hombros y lo estampó una y otra vez en la paredes, sin darle tiempo de recuperarse.
-¡Miller!
La voz preocupada de Rebeca llama mi atención un segundo y fue todo lo que Michael necesitó para regresarme un golpe. Retrocedo un par de pasos, viendo como se levanta a duras penas y vuelve a arremetir contra mí.
Lo golpeo en la ingle, y él me estampa los puños en el tórax, haciéndome perder momentáneamente el equilibrio y logrando que ambos nos estrellemos contra el suelo, rodando uno arriba del otro, tratando de vencer al otro.
-¡Por dios, Miller!
-¡¿Qué demonios está pasando?!
Los ignoro y sigo golpeando a Michael que trata de quitarme de arriba suyo, sin éxito.
Siento como un par de manos tratan de detenerme, pero me los quitó de encima y rodeo el cuello del hijo de puta con ambas manos, notando como las venas de sus ojos se ensanchaban y los hacían parecer de un rojo vivo, al igual que el resto de su cara.
Voy a ir a la cárcel.
Michael debió notar que iba enserio, porque comenzó a arañar mis manos y abría la boca rápidamente, tratando de conseguir algo de aire.
Un pequeño pinchazo en mi costado llamó mi atención, pero no lo suficiente como para soltar a Michael y revisar de qué se trataba.
Sentía varios pares de manos estrujándome, y sabía que había gente gritando a mi alrededor, pero era incapaz de escuchar con claridad lo que decían, pues lo único que escuchaba era el furioso bombeo de mi corazón en los oídos y los murmuros asquerosos de Michael pidiendo piedad, por lo que apreté un poco más fuerte.
Lo siento Rebeca, pero siempre supimos que no era digno de ti.
-¿Papi?
La voz de una niña atraviesa la neblina de ira, dándome un momento de claridad. Fue como si un interruptor se hubiera encendido y menguar un poco la ira que amenazaba con consumirme.
Suelto el cuello de Michael y dejó que las manos que antes intentaban quitarme de encima suyo me alejen.
Michael comienza a toser escandalosamente y apenas si puede sentarse, por lo que pronto hay un par de personas a su alrededor preocupados por su estado.
Me sentía como en una jodida pesadilla.
De pronto fui capaz de ver a toda la gente que estaba reunida en la habitación, preocupados por la situación.
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The Boss
RomanceRebeca nunca imaginó que una simple noche de chicas y alcohol terminaría convirtiéndose en el pretexto perfecto para iniciar un romance prohibido con su sexy e irresistible jefe, Miller Kent. ¿Ambos podrán resistirse a las tentaciones del otro? ¿E...