8| no te incumbe

823 101 60
                                    

*:・゚✧ *:・゚✧ *:・゚✧ *:・゚✧*:・゚✧

La compañía de Aran fue ciertamente gratificante. Durante todo el camino no hubo mucha interacción entre ustedes, sólo un cómodo y largo silencio que fue amortiguado por el sonido de la radio, que los acompañaba a ambos mientras sonaba "No money" de Galantis.

Tras una hora de viaje, pudiste ver el edificio donde trabajabas. Una pequeña pero cómoda cafetería, en la fachada el nombre "Date Cafe" brillaba en luces de neón que parpadeaban por un fallo en el circuito.

tu tercera casa justo en frente de ti.

"Aquí está Aran, gracias por el viaje", dijiste, desabrochando el cinturón de seguridad y abriendo la puerta, dispuesto a salir.

- No tiene que darme las gracias... ¿a qué hora vengo por usted?-preguntó mirando el reloj de la radio.

- Oh, a las 6:30 está bien- ordenó amablemente, sonriendo y confiando en el hombre.

- Nos vemos entonces. Cuídese, señorita- se despidió y luego el coche arrancó y siguió su camino. Seguramente tiene que llevar a Kita a un lugar súper importante para seguir con sus negocios o lo que sea que haga normalmente.

Al entrar en la cafetería, un dulce aroma a cacao y chocolate inundó sus fosas nasales; inhaló bruscamente, disfrutando de ese pequeño placer de la vida.

-¿De quién era ese coche negro? ¿Era tu novio, por casualidad?- primera pregunta disparada, justo a tiempo.

"Mierda... Sabía que este tonto se daría cuenta enseguida" pensó la chica.

-¿Estás celoso, Tooru?- suspiró con fingida molestia, mirando al mostrador. El insufrible, egocéntrico y galán de la cafetería la miró con curiosidad, buscando una respuesta de la chica.

- Oh, ¿así que ahora nos estamos provocando?No sabía que fueras de ese tipo de chicas, muy traviesas... justo como me gustan- contestó, guiñando un ojo mientras se relamía seductoramente.

Dios, cómo le gustaba provocar de la gente.

- Dime, ¿el trabajo es más aburrido sin que yo te haga compañía, pequeña?- continuó con su pregunta, siguiendo a la chica en su camino hacia las taquillas.

Y demonios, tenía razón. Tooru hacía el trabajo más divertido, es decir, ¿quién no se divertiría viendo cómo todos sus intentos de ligar con los clientes se veían frustrados por diferentes motivos?

-Diría que fue un alivio, aunque bueno, realmente extrañé ver a Futakuchi regañándote por dejar tu número en todas las servilletas- se burló y/n, anudando su delantal y alcanzando su cuaderno y su fiel pluma para comenzar con los pedidos.

Esa vez hasta el propio Aone sonrió un poco.

Tenía que cambiar el tema de conversación, estaría en desventaja si Tooru se enteraba de lo que había pasado ayer.

Y realmente no quería sacar el tema con ellos, no porque no hubiera confianza, sino porque simplemente no era el momento ni el lugar.

En el fondo sabía que tarde o temprano se enterarían o ella acabaría contándoles toda la historia.

-En mi defensa, uno nunca sabe dónde puede encontrar el amor, además, no es mi culpa que los clientes sean guapos de vez en cuando... Bokuto seguro que está de acuerdo conmigo, ¿verdad Bo?- nombró a un tercero, caminando y rondando la caja registradora, esperando que la gente entrara en el local.

el nombrado salió de la cocina, batido en harina y huevo; seguramente el chico sigue intentando hornear un postre de limón para su compañero. Lleva dos semanas intentándolo, y cada error parece estar más cerca de la perfección.

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora