White Violin || Shinsuke. K

65| terror

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El sonido de llamada del celular de Kita lo distrae de su meditación, al mirar la pantalla y el nombre del contacto no duda en responder tan pronto como puede.

— Iwaizumi... ¿Cómo va todo?

El mencionado no responde tan pronto, se toma su tiempo y se alcanza a escuchar por el micrófono un suspiro furioso de parte del azabache— Te quiero aquí, en el hospital. Ahora.

Sin decir mucho más, Hajime corta la llamada. Suna, quien escuchó lo breve de la conversación se acerca hasta su jefe. Se sorprende de ver qué, pareciera que Kita no sabe para que lo quiere en el hospital.

— ¿Lo acompaño, jefe?— pregunta con las llaves de su auto en mano.

Shinsuke niega, no cree que sea necesario.

— No Rintaro. Necesito que vayas con Hirugami y preguntes si ya fue Sawamura a buscarlo.

Con la orden dada, Suna sale cuanto antes hacia su destino. Obediente, su leal sirviente piensa en todo lo que podría platicar Hajime con su jefe; no le preocupa, al contrario, eso significa qué hay buenas noticias respecto a y/n y el plan para liberarla.

Shinsuke maneja por las transitadas calles de Tokio, disfurtando de los magníficos edificios y gente en sus negocios, el olor a tabaco inunda el auto. La música de la playlist que recientemente Rin le había compartido le hace compañía, una sensual voz resuena por las bocinas del auto y el radio digital marca el nombre de la artista así como el de la canción: Lana del Rey- National Anthem.

No le disgusta, es agradable y dulce al oído, pero preferiría escuchar los suaves bostezos y preciosa voz de su querido ángel. Comienza a olvidar su voz, la textura de su cabello, el color de sus ojos. La extraña, su ausencia ha causado tanto en tan poco tiempo, lo ha puesto a meditar sobre muchos fantasmas que lleva con él. Está decidido ha ya no cargar más con todos ellos, planea deshacerse de todo lo que le haga daño y pueda lastimarla también en cuanto vuelva. Sabe que las cosas no serán fáciles en cuanto regrese Y/n, pero al menos ya piensa en cumplir todos sus deseos y demandas que ella exija con tal de que se quede con él.

Al ingresar al hospital, se topa con Hajime esperándolo en la entrada de Urgencias, y una cara de pocos amigos lo recibe.

— ¿Y bien? ¿Que hacemos aquí?— pregunta confundido.

Iwaizumi no ignora, y con un cortante "sígueme" comienza a andar hasta un cuarto, donde su más exótico y fuerte petirrojo yace recostada en la cama: aturdida, con moretones en su rostro y una muñeca rota. Eso de las lesiones que son visibles. El monitor que marca sus signos vitales indica que no se encuentra en peligro, por suerte.

Shinsuke de inmediato entiende de que va todo esto.

— Narcisa, necesito que le digas lo que sepas a Kita.

Hajime se sienta a los pies de la cama, acaricia la tela donde por debajo se encuentran las piernas de la chica. Esta despierta, pero claramente asustada. El peliblanco se coloca a su lado, y acaricia las inflamadas mejillas y labios rotos de la joven.

— Me descubrieron, Ushijima sabe que fui por Y/n,— cuenta la pelirroja, su voz se estremece en cuanto menciona el nombre de ese atroz monstruo— No pude defenderme, los subordinados de ese idiota me golpearon y-y me botaron a un tiradero de chatarra.

— ¿Viste a Y/n? ¿O algo que nos sea útil?

Narcisa asiente— Sí. Estaba platicando con uno de cabello gris, parecían discutir. N-no pude ver mucho más, pero su presencia hizo enojar a Ushijima.