24| alguien que solía conocer

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— ¿que estás haciendo?— preguntó Sugawara en voz alta al ver cómo y/n afinaba las cuerdas de su instrumento.

— nada— mintió sin detener sus acciones. Suga se acercó a ella, y quitó con delicadeza el violín de las manos de la joven.

— y/n no puedes tocar con tu mano así— regañó el chico, señalando con la mirada el vendaje de la mano que la chica. Hacia unos días había tenido un accidente un tanto peculiar pero al menos su amiga estaba bien, casi ilesa. Debido a su herida en la muñeca, tuvo que alejarse por unos días de la música hasta que su estado mejorara.

— exageras, ya ni siquiera me duele— y/n suspiró, dejando ganar por esta ocasión al peligris. Kiyoko esperándolos en la puerta para encaminarse a sus hogares.

— es por tu bien, ahora vámonos que ya casi apagan las luces— Sugawara empacó rápido el instrumento de la chica y lo cargó en su espalda.

Esta tarde noche en particular era un tanto más cálida que las anteriores, quizá por qué la temporada de invierno se estaba derritiendo al igual que todo el ambiente helado a su alrededor. Los tres alegres compañeros de auditorio salieron de las instalaciones platicando de todo y al mismo tiempo de nada.

Frente al conservatorio había un bloque de condominios de clase media, y muchas patrullas de policía rodeando el perímetro. Era raro, esa zona no era tan insegura, por lo que no era usual ver a los uniformados.

Kiyoko se acercó por curiosidad, Suga y y/n se acercaron por instinto y por no quedarse atrás. La entrada del edificio acordonada con esa clásica cinta amarilla con letras negras "prohibido el paso".

— lo siento, no pueden acercarse a menos que sean residentes— un policía joven y de rostro ingenuo los detuvo apenas vio que el trío de amigos se acercaron a curiosear.

Hasta estar lo suficientemente cerca se percatarían que no solo había policías, sino médicos forenses llevándose en camillas lo que estaba más que claro, eran alrededor de 5 cuerpos en sus respectivas bolsas negras.

— santo cielo, ¿que sucedió?— preguntó Kiyoko alarmada.

— al parecer un homicidio que lleva varios días pudriéndose— el uniformado respondió. Y/n se tensó al ver como una de las pálidas manos sin vida sobresalía de la bolsa.

— ¿no los acaban de matar?— preguntó Koushi intrigado al escuchar la declaración. Era común que murieran en en acto, esto era peculiar.

— los vecinos reportaron el olor y bueno, los cuerpos no tardaron en ser encontrados— continuó hablando, observando a lo lejos como los vehículos se alejaban con los cadaveres.

— que horrible— habló y/n entre dientes.

— bueno, tampoco es que fueran gente buena; al parecer todos tenían antecedentes con drogas y violencia en otros barrios de la ciudad. seguramente alguna disputa entre pandillas que terminó mal o algún ajuste de cuentas— al parecer el uniformado tenía la lengua muy floja donde podía asumir y casi confirmar a que se dedicaban las víctimas.

— no más detalles Yanaki, a menos que sean de algún noticiero — un segundo hombre se hizo presente para reprender a lo que ahora entendían, era un policía novato. El nombrado obedeció sin dudar y se alejó a paso veloz.

El policía los observó detalladamente, a los tres, inspeccionándolos de pies a cabeza. Se detuvo en cuanto vio que la presencia de y/n y su semblante intimidante se suavizó de inmediato.

— Y/n L/n, ¿que estas haciendo por aquí? — preguntó sorprendido de verla.

Al principio, la joven se asustó de que el policía supiera su nombre completo, su mente dejándose volar por la imaginación sobre las posibles malas acciones que hubiera cometido en el pasado, o si ya conocía al hombre delante de ella.

después las facciones del hombre fueron reconocidas. Piel azabache, cabello castaño oscuro, ojos penetrantes color café y esa reconocida esencia maderada tan deliciosa y placentera... no era fácil de olvidar.

de hecho, nunca fue fácil de olvidar.

los recuerdos de una hermosa tarde de primavera en el parque, debajo de un recién retoñado árbol de sakura y un corazón destrozado se reprodujeron como una película antigua. Un rollo de película que según ella, ya había sido quemado hasta las cenizas.

mierda, era él. Realmente era él.

— salía del conservatorio— fue simple y cortante.

— sigues con la música, me alegro mucho, siempre supe que merecías algo mejor— el hombre miró por unos segundos el edifico de música y no pudo evitar soltar una sonrisa en cuanto regreso su mirada a la chica.

Kiyoko y Suga notaron la tensión creciente entre ellos.

— si, lo verdaderamente bueno tarda en llegar— las palabras de y/n fueron filosas y ásperas, buscando defenderse de cualquier interacción desagradable del policía.

— lo digo con sinceridad y/n, no tenias que tomártelo así— el hombre se rasco la nuca incomodo al ver la reacción y respuesta de la joven.

al parecer ya no era la dulce y/n que el solía conocer.

— si te queda el saco póntelo— se encogió de brazos la chica, arrebatándole el estuche de su violín a Suga— que tengas linda noche Daichi.

sin despedirse de sus acompañantes, se dirigió furiosa hasta el nuevo punto de encuentro que había establecido Kita a raíz del incidente en la cafetería. Esperó con paciencia, distrayéndose con el bullicio de las conversaciones ajenas y con la magnifica maravillosa visual de los adictivos patrones de las luces de los anuncios en las calles.

Quería distraerse con lo que sea para así no permitirse recordar a Daichi, el ya era un tema pasado. Pero no pudo, su mente sigo fluyendo con millones de escenas y momentos de todo tipo que tuvo con el policía.

en otro momento de su vida, esos recuerdos la harían llorar con amargura y sentirse culpable e insuficiente por no haberlo mantenido cerca.

ahora solo podía sentir vergüenza por cómo había actuado pero el estrés de habérselo topado cara a cara sin querer la estaba consumiendo.

un lujoso y nuevo Porsche Cayman color negro se estacionó justo delante de ella, y la puerta del lado del copiloto se abrió para dejarla entrar.

— vámonos ya— y/n se dirigió a Suna siendo ahora el conductor designado hasta que Aran se encuentre en condiciones.

necesitaba liberarse y dejar salir todos los sentimientos encontrados dentro de ella
¿y quien mejor que Kita para el trabajo?

mientras tanto a unos metros de distancia, observando a que tipo de auto se había subido su ex novia, Daichi analizaba e intentaba encontrar una respuesta porque estaba seguro que ese Porsche no era de ella y ninguno de su círculo cercano que llegó a conocer tenía un auto de ese modelo.

y también estaba seguro que al menos, y/n por su cuenta nunca hubiera llegado al conservatorio Momentum.

entonces ¿ahora quien era su reemplazo?
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¡Hola chicos! aquí está el capítulo veinticuatro de esta hermosa historia.

Daichi puede o no tener un papel relevante para la trama, así que tendrá sus menciones y escenas en alguna partes jiji.
¡por cierto seguramente el siguiente capítulo tenga contenido picante!

de todas formas espero que les haya gustado, ya saben, deje una estrella y un lindo comentario, se agradece mucho.

¡nos vemos en el próximo capítulo! ¡adiós! <3

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora