36| as bajo la manga

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— ¿entonces pelearon?— el gemelo Miya preguntó sorprendido a su hermano, ambos sentados en una mesa cristalina, acompañados por el amargo sabor del alcohol así como del intoxicante olor a tabaco.

— eso parece, no se veían muy felices que digamos— explicó Osamu, revolviendo la baraja de póker entre su mano.

Suna los miró de reojo, a ambos hermanos, y revisó su celular nuevamente y a la vez atendiendo a la plática— me sorprende que te haya puesto en el lugar de Aran.

el peligris asintió, tambien estaba confundido de la decisión de Kita pero no la cuestionaría, para empezar no tenia las agallas de retarlo, mucho menos cuando claramente estaba enojado.

—todas las parejas tienen discusiones, lo van a resolver en cuanto se tranquilicen— el moreno se integró a la platica pero no al juego que estaba por comenzar, Aran estaba enfocado en revisar un par de hojas con información y unas USB con videos de cámaras de seguridad.

— y/n se fue de la residencia, es claro que no fue una pelea cualquiera— añadió el gemelo, muy concentrado en la siguiente tirada de cartas.

— y sabemos que ellos en particular no son una pareja normal, más del lado de Kita— Atsumu añadió por su hermano, moviendo de forma suave y en círculos su vaso de whisky.

Y ahí concluyó ese tema de conversación. Hablar de Kita era un terreno peligroso, lo que pasaba por su mente siempre sería un enigma total. Ginjima y Akagi hicieron acto de presencia, abriendo la puerta y dejando entrar a Kita, con un rostro de pocos amigos.

— ¿alguna novedad?— cuestionó el peliblanco. Los gemelos se incorporaron e hicieron una reverencia, Suna por otro lado solo se puso de pie y lo miró directamente a los ojos. Ya se esperaba un regaño o nueva indicación.

— tengo los contactos que pediste y el perfil del policía— Aran se acerco a el, con las hojas en mano. Kita lo miró inquisitivo, ¿acaso esperaba Aran una invitación?

— te escucho.

Aran aclaró su garganta, nervioso por sentir los ojos penetrantes y sin emoción de Kita. Ahora entendía el punto de Osamu: su jefe estaba furioso.

— Sawamura Daichi; 26 años, jefe de la policía con un historial admirable y fuerte sentido de la justicia. Voluntad inquebrantable, valora el trabajo en conjunto y ha resuelto casos increíbles en cuanto a criminales, por lo que su reputación lo precede— Aran explicó, ahora pasó unas cuantas fotos del chico uniformado.

Kita arqueó la ceja, recordando su encuentro con el policía en la cafetería. Tenía todo para averiguar qué clase de hombre era Kita, y le habían llegado rumores de que Daichi estaba bastante metido con el caso de la pandilla de Fangs, así como de los curiosos asesinatos de Suguru y Mika.

Si realmente se atrevía a meterse con negocios y problemas que son, por mucho, lejos de su compresión, entonces tenía que hallar una forma de desmantelar y sabotear su trabajo. No dejaría que interfiriera con sus asuntos.

En especial, no permitiría que se involucrase con y/n. Eso ponía en riesgo todo su progreso.

— vamos a ver si puede resolver el caso por su cuenta— pensó en voz alta, mirando a Suna; ya estaba armando una estrategia para aislar al cuerpo de policía de su amado jefe.

Kita suspiró. Se veía estresado pero no dejaba de revisar la ventana de notificaciones de su celular. Algo lo inquietaba.

— quieres buscarla, ¿no es así?— cuestionó Osamu. Sabía perfecto a que se refería, o mejor dicho, a quien.

Si algo podían saber con certeza de su jefe, es que no soportaba permanecer en peleas y disputas por mucho tiempo, y casi siempre él era quien daba el primer paso para la resolver las cosas.

— no. le hará bien estar un rato a solas, eso es lo que quiere— Kita respondió. Atsumu quedó boquiabierto, aún no podía creer la serenidad de su jefe.

— si somos sinceros, prácticamente huyó... ¿no te preocupa que pueda delatarnos? ¿o que vayan por ella?— Suna habló, fingiendo desinterés, porque si, había temas que lo intrigaban.

Y Suna desde un principio supo que todo el plan estaría comprometido si algo como esto pasaba. ¿Se lo dijo a Kita? No, claro que no.

El peliblanco desbloqueó su celular, y le enseñó la pantalla a de una app a Suna. Ninguno de los presentes entendía muy bien que quería decir.

— no puede huir mientras lleve ese violín con ella— explicó el mafioso. Todos se miraron estupefactos... ¿De que violín hablaba? Ah claro, ellos desconocían de los regalos que casualmente Kita le dio a y/n.

Todos tenían entendido que el amor de Kita hacía y/n lo había cegado y ablandado, que lo había hipnotizado y llevado a un estado de trance y paz. Que su inteligencia y astucia se había visto socavada por una mujer.

Gran error. Kita tenía todo ya muy bien meditado, procurando ir dos pasos adelante que todos, incluso que su propio equipo. Añadiendo el hecho de que de vez en cuando trabajaba por cuenta propia.

— ¿pensaban que la dejaría marcharse solo porque si?— comentó Kita, mirando a Osamu, quien apenas parecía entender la situación.

Al parecer Shinsuke tenía un as bajo la manga, algo que solo el sabía que poseía. Y casualmente todo se reducía a ese misterioso violín blanco. No era coincidencia que haya decidido comprar un violín tan bello y personalizado por ese precio, más aún siendo Hirugami quien lo diseñó y armó pieza por pieza siguiendo los requerimientos pedidos por Kita.

Un diminuto secreto se hallaba en la madera del instrumento.

— puede esconderse donde quiera y el tiempo que quiera, pero siempre la voy a encontrar. Así lo quiera o no, no puede librarse de mi.

Quizá ahí hubo una equivocación en cuanto a su expresión, lo que verdaderamente Kita pensaba era "no quiero que se libre de mi". Pero, ¿a qué costo? ¿hasta donde llegaría con tal de mantenerla a su lado?

Mentirle no era nada nuevo.
El manipularla resultó no salir como esperaba.
Secuestrarla quizá no había sido la mejor opción.
Lo único que había jugado a su favor era el amor, pues ambos tarde o temprano cayeron ante los encantos del otro.

Se estaba aferrando a un sentimiento, un capricho efímero que acabaría en cuanto ambas mafias se encaren propiamente por una mujer. Todo esto quizá se hubiera ahorrado si tan solo Kita no se hubiera involucrado.

Justo como lo prometió hace años.
Pero de haberlo echo, iría en contra de sus ideales.

"Una cosa es traficar con objetos, a traficar con personas".

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¡Hola chicos! aquí está el capítulo treinta y seis de esta hermosa historia.

Un capítulo un tanto aburrido, I know, pero era necesario dar un pequeño vistazo a todo el plan que Kita intenta mantener a flote. Recuerden que nada es coincidencia.

de todas formas espero que les haya gustado, ya saben, deje una estrella y un lindo comentario, se agradece mucho.


¡nos vemos en el próximo capítulo! ¡adiós! <3

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora