48| genuino

334 47 7
                                    

*: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・

Tal vez lo mejor, hubiera sido decir un 'no' como respuesta.

Se encontraba engentado, harto de todo lo que se movía con velocidad a su alrededor: la música, la gente, el incesante olor alcoholizado... comenzaba a marearse de tan solo pensar que no podía salir como quisiera, sino que estaba ahí para hacer su trabajo.

— ¿Qué no te vas a divertir?— cuestionó su compañero de cabello negro, con dos lindas chicas a su lado que le hacían compañía en su diversión. La pregunta surgió al ver como Kita, de los tres, era el que peor cara tenía.

— ¿Y tu no vas a trabajar?— respondió arisco, dándole un shot al ron en su vaso, viendo con mala cara a Tetsuro.

Kita y Kuroo eran diferentes, en todo el claro sentido de la palabra; a uno podría gustarle el blanco y otro dirá que el mejor es el negro, uno prefiere sus responsabilidades mientras el otro decide no pensar en eso. Kita te dirá que prefiere el frío, y Kuroo dirá que el calor es lo ideal. Sus personalidades sencillamente no se complementaban, y eso se notaba a leguas de distancia.

Pero aún con esas diferencias, no se llevaban tan mal como uno esperaría. Tetsuro admiraba lo recto y severo que podía llegar a ser su compañero, así que quería dar una buena impresión en caso de que Kita llegase a ser el siguiente líder de Lost Eden. Por otro lado Kita siempre quedaba sorprendido de las ideas locas y arriesgadas de Kuroo así como de su gran habilidad con las manos, por lo que también le convenía tenerlo cerca.

Con Ushiwaka, para ambos, era otro caso.

— auch, me duele que creas que soy un holgazán— Kuroo responde, y de su saco enseña 3 billeteras, 4 relojes y un par de anillos de oro, ¿en que momento los robó?— tengo mi parte de la noche, ¿y tu?

Kita asintió con discreción, disfrutando del espectáculo delante de él; una chica de descendencia africana bailando para el, con unas piernas y muslos envidiables.

Ushiwaka por otro lado, tenía sentado en su regazo a una bella latina, que apenas si dejaba respirar al estar casi encima de ella y besarla sin piedad.

Los tres tenían el verdadero  "quien pudiera", pero sólo dos de ellos lo disfrutaban dentro de lo que podían.

En el antro en el que se encontraban, tenían su propio rincón, escogido con cuidado y meticulosamente para que tuvieran control absoluto de ver, oír y hacer lo que quisieran. Guardias de seguridad custodiando ese sofá redondo, y aplicando la técnica de 'yo no veo nada'.

Los clientes de aquel antro, hasta hace unas horas, se habían acercado a pedir un poco de mercancía a Ushiwaka y Kita, Kuroo solo los veía y analizaba que podía sacarles de los bolsillos. Imponían respeto y atraían a muchos curiosos que pensaban que eran algunos ejecutivos o políticos, y que tal vez por eso los cuidaban demasiado esos guardaespaldas.

Mientras el trío estaba sumido en sus muy íntimos momentos y pensamientos, un hombre se acercó a ellos. Apariencia desaliñada, ojos rojos y sin equilibrio aparente... estaba muy ebrio o muy drogado, una de dos. El guardia enguanto lo vio, de un empujón lo alejó, y le restringió mucho más la cercanía a los tres chicos.

— no me toques idiota, vengo a comprar y hacerles un favor— respondió arrastrando sus palabras. Kita arqueó una ceja, se puso de pie y le robó un lento beso en el cuello a la bailarina, para después acercarse con pereza hasta el hombre.

— ¿Qué es lo que quieres?— preguntó sin emoción en su voz.

— heroina, ¿que no es obvio idiota?— extendió un billete arrugado, discontinuado y viejo y se lo lanzó a Shinsuke en el rostro.

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora