White Violin || Shinsuke. K

29| el regalo

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— ¿a donde vamos?— preguntó la joven, mirando al peli blanco por unos segundos antes de percatarse que el camino que había tomado no era ninguno conocido y mucho menos tenía dirección hacia la residencia o el conservatorio.

—es una sorpresa— respondió sin mirarla.

la actitud de Kita parecía más extraña de lo normal, observaba mucho el retrovisor y parecía repasar las calles en su mente, ponía atención a los señalamientos con los nombres de las avenidas y aumentaba la velocidad del carro en algunas veces.

— tengo ensayo hoy, Kita— le recordó y/n, sus ojos ansiosos y expectantes para llegar hasta el destino.

— lo se, prometo que llegaremos a tiempo— aseguró el joven, buscando torpemente la mano de la chica para sobreponer la suya y seguir sujetando la palanca de cambios.

Terminó por estacionarse enfrente de un local de instrumentos musicales con el logotipo de una gaviota color azul celeste. En el aparador brillaban los platillos de una batería, una guitarra carmesí, dos bajos aparentemente personalizados y un teclado con colores metálicos.

— no sabía que estuvieras interesado en la música— admitió la joven con asombro.

— de hecho no lo estoy, pero es una ocasión especial— el peli blanco explicó guardando las llaves de su Corvette en el bolsillo de su saco.

la pareja se adentró al local. Flautas, arpas, chelos, trompetas y trombones solo por mencionar algunos instrumentos estaban acomodados de acuerdo a su función. Partes para arreglar instrumentos, cables y amplificadores en otra esquina del local. En el mostrador un joven curioso de exorbitantes ojos y cabello puntiagudo color blanco.

— ¿en que les puedo ayudar?— preguntó enérgicamente.

— vine a hablar con el encargado del local— Kita respondió.

El joven se acercó peligrosamente al rostro de Kita, buscó intimidarlo con su mirada pero Shinsuke ni siquiera se inmutó o movió el rostro un solo centímetro, permaneció ahí y sostuvo su imponente presencia el tiempo que fuera necesario.

— ya se fue, lo siento mucho— dijo el trabajador.

— mientes, el sigue aquí— Shinsuke respondió. y/n veía la escena en silencio, conteniendo su aliento para no interrumpir el duelo implícito entre ellos.

— ¿por que quieres hablar con el eh? ¿acaso no puedo atenderte yo?— cuestionó el trabajador, su tono de voz hostil y violento al hablar.

— suficiente Hoshiumi, hay que darle al cliente lo que pide— joven apuesto, con cabello castaño claro y ondulado salió detrás del peliblanco.

El rostro de Kita se relajó al ver a quien suponía, era el encargado de la tienda. Hoshiumi se movió del mostrador, torciendo sus labios y maldiciendo por lo bajo.

— Lamento el berrinche de Korai, es un busca pleitos natural— se disculpó amablemente. Kita asintió sin darle más relevancia al tema— ¿A que viniste Kita?

— vine a recoger el pedido de hace unas semanas, suponiendo que ya este listo— respondió el trajeado, ambas palmas de las manos recargadas con firmeza sobre el mostrador.

El castaño asintió sin más, agachándose y sacando una hermosa caja de madera y terciopelo. La deslizó por la superficie hasta que Shinsuke la tuvo entre sus manos.

— ábrela— ordenó el peliblanco a la ignorada joven. Y/n se acercó inquieta, acariciando y disfrutando de la sensación de la madera pulida y limpia entre sus dedos.