10| mía

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al llegar a la residencia, había mucho silencio. aunque algunas luces estaba encendidas, no había actividad de ningún tipo.

Emiko no estaba. posiblemente su horario de servicio había terminado y ya se había marchado.

Kita tampoco estaba... estaría trabajando.

Aran dejó las bolsas de las compras así como la maleta en el cuarto de y/n, tras hacer tal tarea tan simple, se despidió cortésmente de la mujer y abandonó el lugar.

y/n aprovechó la oportunidad y la solitaria residencia para darse un breve recorrido por ella y conocer mejor sus alrededores. examinaba minuciosamente cada detalle, todavía se sentía pequeña ante la gigantesca residencia, pero con el tiempo comenzaría acostumbrarse.

llegó a lo que ella podría asegurar era la recámara de su "captor"; la habitación en general pintada en tonos grises claros con ventanales decorados con unas largas y finas cortinas negras de seda, una cámara king size con sus sábanas y edredón perfectamente tendido y planchado. Unas mesitas de noche colocadas milimetricamente en los lados de la cama, la del lado izquierdo con una lámpara de noche, mientras que la de la derecha tenía un par de libros y un bolígrafo acomodados.

en la pared que se alzaba atrás de la cabecera de la cama, un cuadro pintado a mano con los ojos dorados de un zorro.

"un hombre muy pulcro y ordenado" pensó con tan solo ver su habitación.

así fue explorando cada rincón de la casa, puerta por puerta hasta que no quedó ninguna por revisar... solo había una cerrada con llave, única habitación a la que no tenía acceso.

abrió una última puerta, esperando encontrarse con algun otro cuarto para visitas. grande fue su sorpresa al toparse con una bella oficina... y Kita sentado en la silla del escritorio de esta, hablando por teléfono con una expresión de pocos amigos.

todo este tiempo no estuvo sola.

y ahora le daba miedo el sigilo y lo silencioso que puede llegar a ser este hombre.

- está conmigo ahora, eso es lo importante... si quieren llegar a ella, será sobre mi cadaver, puedo garantizarlo- escuchó una parte de la conversación llevada a cabo por teléfono.

"¿de que habla? ¿con quien habla? ¿por que parece estar enojado? ¿le habrá ido mal en el trabajo?" mil y un preguntas se formulaban continuamente, tristemente ninguna con respuesta.

después de un cortante "hablamos después", Kita cortó la llamada y suspiró agotado.

al notar la presencia de la fémina, por arte de magia, sus facciones se relajaron y su mirada suavizó por completo. la presencia de y/n tenía ese efecto en él. Era un buen tranquilizante y una caricia al alma en momentos de tensión como este.

- no sabía que estabas aquí... perdón por interrumpirte- de disculpó la mujer, cerrando la puerta detrás de ella.

- no pasa nada, es mi error por no anunciar mi entrada- respondió, acercándose a ella, jugueteando con uno de sus anillos de plata en su dedo.

- tienes razón, eres bastante sigiloso- y/n asintió, escondiendo sus manos detrás de su espalda mientras se balanceaba adelante y atrás sobre sus talones.

el peliblanco sonrió un poco, asintiendo también al tan atinado comentario.

- ¿como te fue? ¿compraste todo lo que necesitas? ¿Aran fue amable contigo?- inquirió el hombre, paseándose por su escritorio.

- todo salió bien... Aran es agradable- contestó con simplicidad.

- es buen sujeto, una de mi piedras angulares en el negocio- confirmó lo anterior, encendiendo un cigarro y sosteniéndolo entre sus dedos.

negocio... claro, por ratos se le olvidaba que tipo de trabajo tiene Kita.

- no quiero parecer indiscreta, pero hace un rato, ¿de que estabas hablando? creo que escuche algo sobre cadaveres...- y/n comentó sutilmente un tanto bromista en esa última palabra, midiendo sus palabras para no hacer enojar mas a Kita, si es que lo estaba.

- los cadaveres no están en plan, a menos que sigan provocándome y haciéndome enojar. no tienes que preocuparte por eso- aseguró Kita, dándole una calada a su cigarro.

inhalo y exhalo, dejando salir el humo de este sobre sus labios.

- respondiendo a tu pregunta, es sobre mercancía que está en mi poder... hay gente que quiere arrebatarla, y hacer cosas no precisamente muy buenas con ella, y no puedo permitir que caiga en manos equivocadas- explicó con tranquilidad, mirando hacia la ventana.

las luces neón de la ciudad resplandecían y se reflejaban hermosamente en esos ojos color miel que solo él poseía.

- ya veo, entonces esta gente son tus enemigos- reiteró la joven, comprendiendo mejor el asunto.

- tengo muchos enemigos, así este mundo y es una de las consecuencias de este negocio y puedo lidiar con ello. Pero así como tengo enemigos, también considero que tengo muchos aliados escondidos bajo mi manga- el hombre se giró sobre sus talones y la miró duramente mientras hablaba.

- y soy una persona que detesta que toquen lo suyo- finalizó la explicación, apagando y deshaciéndose de las cenizas del cigarro en su cenicero.

- entiendo...- susurró la chica.

Kita se acercó a ella, parándose justo delante de ella; acunó el rostro de la joven en sus manos, y le dio suaves caricias a su mejilla izquierda.

- ya es tarde, mejor que vayas a dormir- aconsejó con dulzura.

la chica se sonrojó ante el tacto de este. no estaba muy orgullosa de esto.

Kita se alejó de ella, sentándose nuevamente en la silla de su escritorio mientras sacaba de un cajón unos fajos de dinero.

-¿todavía no irás a la cama?- y/n preguntó inocentemente, abriendo la puerta y deteniéndose, esperando la respuesta del peliblanco.

- todavía tengo cosas que hacer, descuida, en cuanto termine iré a dormir- aclaró con una leve sonrisa para tranquilizar la angustia creciente de la chica.

- de acuerdo, entonces te veré mañana. descansa Kita- y/n se despidió, recargando su cabeza en el filo de la puerta mientras lo veía con intriga.

- buenas noches, ángel mío- habló el joven, mirando por última vez en el día a la joven.

y/n cerró la puerta detrás suyo, con muchas emociones en ella.

comenzaba a admitir que, debajo de esa actitud educada, apacible y generosa de Kita, había también un lado agresivo, egoísta y posesivo en el.

era el mismísimo ying yang encarnado. había un balance perfecto en él.

"así como existe luz, también existe oscuridad"

con este pensamiento y/n se fue a la cama para descansar y esperar un nuevo día.

mientras tanto, Kita dejó de lado aquel fajo de billetes y se giró a ver el horizonte iluminado; no sentía más enojo, ahora lo que predominaba en el era la preocupación.

"pase lo que pase, no dejare que le hagan daño"

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holaaaa! aquí les dejo el décimo capítulo de esta bella historia.

perdón si sienten que va algo lento, créanme, todo esto tiene un propósito para el desarrollo de la trama.

espero que les haya gustado, ya saben, dejen su estrellita y un bonito comentario, que se agradece mucho.

nos vemos en el siguiente capítulo! bye bye! <3

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora