78| carro de huida

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El estridente sonido de la alarma hizo eco en los oídos adormilados de Y/n, sacándola de su pesado sueño. Anoche había sido una noche larga, tuvo una merecida salida con Bokuto, Akaashi y Oikawa a tomar unos tragos y bueno... a todos se les pasó un poco la mano con los tragos; claro, a todos menos a Akaashi, el niñero designado del momento.

Recordaba todo perfectamente, no es que se hubiera puesto borracha... pero estaba animada. Bokuto pidiendo más y más rondas de shots para el grupo y al cabo de un rato se encontraba socializando con medio bar, incluyendo al barman y a los meseros; les contaba cómo fue su historia de amor con Keiji. Akaashi por otro lado, solo sonreía avergonzado por el comportamiento extrovertido de su novio mientras corregía algunos pequeños detalles erróneos en su historia... y también desaparecía los muchos otros tragos que las mesas aledañas a la de ellos le envían a Kotaro: un par de chicas coquetas y atrevidas que querían que el fornido peliblanco se acercara a su mesa.

En cuanto a Tooru, bueno, el se concentró en embriagarse, coquetear y presumir el outfit más atrevido que usó ese día, pavoneándose por las mesas, lanzando cumplidos a los desconocidos para ver si alguno caía a sus pies. Fue cuestión de tiempo para que su presa estuviera a sus pies, y lo último que vio de su amigo es que andaba atascándose con un guapo y tatuado desconocido de piel bronceada y cabello negro.

En serio, era demasiado guapo para ser verdad. Tenía pinta de bad boy, el tatuaje de serpiente enroscada en su brazo lo hacía llamar aún más la atención.

Oikawa después le contaría de su polvo de la noche, con lujo de detalle, eso es seguro.

Mientras tanto, ahí estaba Y/n, con una resaca terrible y un dolor de cabeza insoportable. Tirada en su cama mientras observaba con risas su galería, y todas las fotos que recolectaron como prueba de las anécdotas vividas hace unas horas. Pocos minutos después, el nombre de Daichi apareció en la pantalla de su celular. El policía estaba llamando a su celular, como cada mañana desde que reconectaron.

— Dime que no me vas a dar un sermón sobre los peligros de ir a un bar con 3 hombres por favor...— bromeó con voz ronca la mujer. No lo saludó, fue directo a molestar un poco al jefe de policía.

Las risas no tardaron en escucharse del otro lado de la línea— No, con esos 3 hombres que te acompañan se que estás segura... ¿Te la pasaste bien anoche?

Suspiró— No debí tomar tanto... creo que mi cabeza va a estallar.

— Tu garganta también va a explotar, ¿Bebiste mucho? Te escuchas con la voz rasposa, cariño— respondió Daichi, una risita tonta se le escapó de sus labios.

Y/n bufó— Lo normal, ya sabes... Lo de la garganta pasó porque pusieron Girls just wanna have fun, ¿quien soy yo para no cantar a todo pulmón ese himno eh?— bromeó.

Sawamura soltó una carcajada— Tu como siempre creyendo que estás en un karaoke— se burló un poco, obtuvo un quejido de Y/n pero nada grave— Por cierto, paso por ti en un rato, te llevare a desayunar y no se... quizá podamos ir y perdernos por ahí.

—¿No vas a trabajar hoy? Oye me siento mal, la justicia necesita a su jefe de policía y últimamente no ha estado haciendo sus deberes— responde Y/n, pega un brinco de su cama para dirigirse al baño y asearse un poco antes de que Daichi la viera en un estado deplorable.

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora