9| sin regreso

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su día laboral transcurrió con lentitud y con normalidad acompañada de buenas propinas así como de sus amigos del trabajo, que de vez en cuando bromeaban y reían mientras Futakuchi se distraía.

y cuando menos se lo esperó, Aran estaba estacionado fuera del local cumpliendo puntualmente con su palabra.

se despidió de Tooru un tanto lejos, ya que el joven se encontraba atendiendo una llamada de su hermana; agradecía que el chico estuviera entretenido y que por suerte no se haya dado cuenta del carro negro.

Bo la abrazó fuertemente, mientras le daba toquecitos suaves y cariñosos en su cabeza... y Aone, bueno, el solo agitó su mano a modo de despedida, sin decir ni una sola palabra.

- Aran- saludó la chica, dejando salir una sonrisa ladina mientras se adentraba al interior del vehículo.

-buenas tardes señorita, espero haya tenido un buen día- tan educado como siempre, Aran respondió el saludo, arrancando el vehículo y alejándose de la cafetería.

- gracias... espero lo mismo para ti- comentó, fijando su vista en la ventana del auto, distrayéndose pero a la vez enfocándose en sus alrededores: las calles, los autos, la gente; etc.

- Kita me pidió llevarla al centro comercial para realizar algunas compras, ¿le apetece ir?- aclaró el moreno.

no era una sorpresa, Kita se lo había comentado con antelación, pero todavía tenía que ir al conservatorio...

-ah, si, esta bien- aceptó sin más, estando consciente de que hoy no estaría presente en el ensayo de hoy, ahora solo cruzaba los dedos e invocaba para que aquella falta no tuviera repercusiones en el futuro.

el conductor obedeció y fijó curso hacia el centro comercial.

al ver la tienda a la que fue escoltada, pudo sentir como un nudo en su estómago se formaba... ¿por que? Kita quería esto, quería consentirla y darle de alguna forma un regalo por todas las "molestias" vividas. o al menos así lo sentía ella.

sus instintos femeninos actuaron por naturaleza, y al ver todo lo que tenía delante de ella (ropa, zapatos, perfumes, joyería, maquillaje e incluso lencería) comenzó a escoger y a caminar vigorosamente por todos los pasillos, buscando tallas, colores y texturas nuevas que pudiera probar y tener en su, ahora nuevo, armario.

todo sin arrepentimiento alguno.

al ver el ticket de compra y el total de este, fue que el remordimiento cayó sobre sus hombros... quizá se había excedido, solo un poco. se tendría que haber medido en cuanto a sus elecciones... y ahora el que verdaderamente pagaría caro por ello, sería Kita.

Aunque bueno, ¿que sería perder unos cuantos billetes? seguramente no signifiquen tanto, por algo había optado por ese regalo para ella.

con ese pensamiento se fue más tranquila y acompañada de Aran, quien cargaba unas 8 bolsas con el.

ahora, se dirigían hasta su antiguo departamento; un pequeño piso en la zona centro de la ciudad. no era lujoso, al contrario, era muy austero, pero sin duda era lo suficiente cómodo para vivir ahí.

eligió algunas prendas más, más que nada ropa interior. después, caminó hacia el baño y tomó sus objetos de higiene personal y los guardó en bolsas de plástico para evitar algún derrame de estos. por último pero no menos importante, tomó su cargador del celular y seleccionó algunas fotos para llevarse con ella.

guardó todo esto en una maleta que tenía arrinconada por ahí, y así miró por una última vez su departamento, despidiéndose silenciosamente de él mientras una oleada de recuerdos y nostalgia arrasó en su mente.

una vez pisara fuera de este, ya no había vuelta atrás.

¿estaba segura de esto? ¿realmente quería abandonar de alguna forma su antigua vida? tal vez si ahora mismo azota su puerta y se encierra en su vivienda pueda evitar y olvidar todo lo qué pasó en 24 horas.

la realidad era que si quería un cambio.
y este era el cambio que tanto estaba buscando.

sin mirar atrás, dios dos pasos firmes hacia adelante para así comenzar a caminar y alejarse del antiguo departamento 117.

no hay marcha atrás.
no más titubeos.

- ¿solo lleva eso señorita?- preguntó el moreno sorprendido de ver que solo llevaba una maleta con ella. se esperaba ver al menos tres pesadas maletas, pero está inclusive parecía liviana.

- si, con esto estoy bien Aran- asintió la chica, dejando que su acompañante guardara su equipaje en la cajuela.

regreso a su asiento, poniéndose cómoda para el camino que les esperaba.

cuando el auto comenzó a moverse, instintivamente miró hacia atrás, observando como a cada giro de llanta, su antigua vida comenzaba a desvanecerse.

- ¿está bien?- preguntó el joven preocupado al notar cómo sus bellos ojos comenzaban a humedecerse.

- si, estoy bien- contestó sonriendo levemente, secando las posibles lagrimas con su mano.

"todo estará bien" se repetía una y otra vez, buscando convencerse a si misma.

pero ni ella misma se creía sus palabras.

porque el futuro es incierto, impreciso e indeciso.

y nadie se hacía una idea de todo lo que estaba por venir.

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holaaaa! aquí les dejo el noveno capítulo de esta bella historia!

un capítulo un tanto flojo, algo aburrido, lo sé pero quería relatar esta parte.

además, admitámoslo, a todes nos gusta irnos de compras:3

espero que les haya gustado, ya saben, dejen su estrellita y un bonito comentario, que se agradece mucho.

nos vemos en el siguiente capítulo! bye bye! <3

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora