26| no necesitamos recuerdos

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la sensación áspera de una garganta seca molestaba mucho a y/n, más aún cuando son las 3 am e implica abrir los ojos e interrumpir su sueño para saciar la sed.

Estiró un poco sus extremidades, brazos y piernas, para desadormecer su cuerpo y poder moverse cómodamente. Una solitaria sabana vacía a su lado y una almohada no tan aplastada la sorprendieron. ¿Kita tenia la mala costumbre de desaparecer a mitad de la noche?

sin darle tanta relevancia, se encaminó a la cocina, pensando en que quizá el chico estaba en el baño y pronto volvería. Deslizó sus dedos por la barra de mármol donde casi siempre Emiko dejaba los vasos recién lavados para secarse toda la noche. Buscó la jarra de agua natural al otro extremo, y sirvió el líquido con cuidado y silencio para no ser atrapada en el acto. después de dar un buen trago, el sabor refrescante se adueñó de sus papilas y la molestia en ella se esfumó.

algo llamó su atención, una luz proveniente del jardín. Se acercó a la ventana y asomó uno de sus ojos por la cortina, distinguiendo una sombra varonil sentada en una de las bancas. Regresó al dormitorio por sus pantuflas de vaquita para salir e inspeccionar.

Suspiró preocupada al toparse con Kita, sentado en esa banca y contemplando con la mirada perdida un charco que simula un estanque. Y/n caminó hacia el, y se sentó a su lado, acariciando la fornida espalda del peliblanco.

— ¿que haces aquí? ¿te sientes bien?— preguntó en voz baja, intentando no interrumpir lo que sea que Kita pensara.

Shinsuke la miró, y sonrió como si nada— si, solo tuve una pesadilla y no pude volver a dormir— explicó.

Sus ojeras lo delataban, ¿hacia cuántas noches no dormía bien? ¿Cuantas veces había desaparecido de la cama y no conciliar el sueño?

— siempre las tengo, desde que era niño, así que ya estoy acostumbrado— leyó sus pensamientos y concluyó la frase antes de que y/n pudiera comentar algo.

— puedo prepararte un té, eso ayuda mucho— se ofreció poniéndose de pie, dispuesta a regresar al interior y prepararla bebida.

Shinsuke la detuvo, sosteniendo su mano y tirando de ella para que se sentara de nuevo.

— no hace falta, solo quédate conmigo— mas que una petición, pareció una súplica llena de angustia. Y/n se sentó nuevamente a su lado y dejó que Kita apoyara la cabeza en su hombro.

pasaron varios segundos, que se convirtieron en largos minutos de silencio, solo contemplando la naturaleza y los ruidos naturales de las flores agitadas por la brisa y el sereno de las madrugadas. Ninguno tenía intención de interrumpir el pacífico momento, era reconfortante quedarse así a mitad de la noche sin que nadie los interrumpiera.

— son bonitas, ¿verdad?— preguntó Shinsuke en voz alta. Y/n miró sobre su hombro al joven que seguía con la mirada pegada al estanque.

al ver que la joven no entendía a qué se refería, continuó hablando.

— las flores de loto... siempre quise ser como ellas— explicó, sus enormes y alargadas pestañas revoloteando cuando la brisa azotó sus mejillas.

— ¿por que?— preguntó y/n.

— son la prueba de que una vida audaz y brillante puede surgir desde los lugares más oscuros— murmuró con dolor— la persona que me educó decía que según los egipcios era símbolo de renacimiento.

y/n no dijo nada, mantuvo sus labios sellados y sus oídos despiertos para prestar atención al desahogo de Kita.

— quisiera ser como ellas, renacer y tener un nuevo comienzo— concluyó, incorporándose y acariciando la mejilla de la joven para después depositar un casto y melancólico beso en la comisura de sus labios.

eres hermosa, fuerte, valiente y brillante... igual que Kori; siempre intentando seguir el camino del bien, llena de vida y con muchos sueños que cumplir— pensó, dejándose llevar por la nostalgia.

pero, ¿quien era Kori y porque se expresaba tan bonito de la persona?

— entiendo que era muy importante para ti...— y/n por fin respondió no muy segura de sus palabras.

Shinsuke no respondió, solo permaneció callado y miró hacia el cielo nocturno, buscando ver la luna. Con su silencio y/n comprendió que hasta ahí concluía el tema de conversación.

pero surgió otra duda, que apenas le hacía mella en la mente, ¿cual era el verdadero significado de su tatuaje?

— ¿que significa?— como niña pequeña, y/n se sentó más cerca y con la punta de sus dedos acarició la piel fusionada con la tinta negra. Kita entendió rápidamente el mensaje.

La frase "we don't need memories" marcada y escrita con letras kanji.

— no me gusta recordar, es doloroso mirar hacia atrás y toparte con el pasado— comentó, dejando ver su cuello para que la joven apreciara la frase completa.

— ¿que hay de los buenos momentos? seguro deber haber algo que valga la pena recordar— Kita desvío la mirada y negó al instante.

— créeme, no lo hay... como no puedo resetear y dejarlo ir, prefiero ignorar y tratar de olvidar— su voz suave y baja, su mirada triste y pensativa.

y/n lo miró confundida, ¿quien lo había lastimado tanto como para pensar así?

— pero después llegaste tú, y bueno, me atrevo a decir que eres de la pocas mejores cosas que he tenido en mis 27 años— concluyó la frase, disfrutando el fino y helado toque de las manos féminas acariciando y acunando su rostro.

— lo que sea que te haya sucedido, el dolor que creo aún sientes no es en vano Shinsuke. No puedo cambiar tu sentir, tampoco puedo curar esas heridas que todavía no sanan, pero estoy segura que hay algo que verdaderamente valga la pena recordar— jugueteó con los mechones despeinados del chico y los peinó hacia atrás.

— sin memorias, somos un cascarón vacío sin un propósito, sin enseñanzas o experiencias... y tengo razón al pensar que tú no eres así; Kita estás lleno de vida y con un corazón inmenso y gentil a pesar de tu trabajo. Permítete soltar y liberarte de este calvario mental que tú solo te has puesto— sus consejos, sus palabras, su voz y como hablaba era una poetisa dejándose llevar por las emociones, intentando ayudar a través de sus reflexiones.

Se puso de pie y le extendió su brazo, abrió la palma de su mano para que quita sujetara de esta, ayudándolo a ponerse de pie.

— ahora ven, tienes que dormir— regañó sonriente y tomaron rumbo hacia la residencia.

Shinsuke podía jurar que alrededor de y/n se formó un hermoso velo blanco que emanaba paz. La luz de la luna pegando sobre su cuerpo y dándole un brillo a su piel tan único y genuino.

Kita no creía en las tonterías del destino, pero desde que vio a y/n, perdida en las cuerdas de su violín, supo que su vida no sería la misma.

que el significado de vivir sería diferente con ella a su lado, las nubes grises serían arcoíris eternos que iluminarían su mirada.

Que si realmente había algo más grande que el mismo universo, por fin había escuchado sus plegarias infantiles durante años para poder darle un nuevo sentido a su insignificante, violenta y desesperanzada vida.

Ella era un ángel. Era su ángel. Y por esa sencilla razón la protegería hasta el último latido de su corazón.

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¡Hola chicos! aquí está el capítulo veintiséis de esta hermosa historia.

Déjeme estrechar su mano de poeta a poeta.jpg
por fin deje ver un poco más del turbulento pasado de Kita, pero déjenme leerlos:
¿quien creen que fue Kori?

de todas formas espero que les haya gustado, ya saben, deje una estrella y un lindo comentario, se agradece mucho.

¡nos vemos en el próximo capítulo! ¡adiós! <3

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora