67| stray cats

225 28 4
                                    

*: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・

— ¿Hoy vas a ver a Sakusa?— Aran pregunta al entrar y ver a su jefe colocándose el saco nuevamente, mientras se ve con vanidad ante el espejo de bolsillo en su oficina.

Kita lo mira y niega de inmediato, acomoda su reloj en su muñeca y ajusta la correa para evitar una lesión. Generalmente solo se ponía ese costoso regalito que el mismo se compró cuando iba a junta o recibía la visita de alguien importante, un socio o un peón en su reino.

— Si queremos acelerar el rescate de Y/n, vamos a necesitar toda la ayuda posible,— comenta poniéndose de pie y camina a paso lento hasta uno de los libreros, de entre ellos abre y cierra unos cuantos para examinar las hojas donde tiene bien escondidos varios fajos de dinero como un salvavidas en caso de emergencia. — además todavía no sabemos cómo quitarle esa pulsera de electrochoques.

Aran se queda más confundido que esclarecido. ¿A quien contactó ahora?

Oh. Oh.

— Dígame que no llamó a quien yo creo que es...

Kita lo ve con una ceja arqueada, parece que su mano derecha ya entendió a quien se refiere y honestamente no lo culpa por su reacción, ya que esa persona es bastante astuta y puede huir para desaparecer con todo el dinero que pueda sacarle sin que se dé cuenta.

— Habrá gatos en el balcón, Aran.

Con eso dicho, Emiko asoma su diminuta cabeza por la puerta para anunciar una noticia que llegó apresuradamente.

— Su visita lo está esperando, señor.

Aran suspira preocupado y sale de su oficina, no sin antes darle una ultima mirada de duda y confusión a su jefe.

— Confía en mi Aran, se lo que hago.

Y apenas el moreno sale atraviesa esa puerta, su presencia es reemplazada por un apuesto pelinegro con sonrisa arrogante y egocentrismo en su traje.

— Bienvenido, Cheshire.

—Cuanto tiempo, Sly Fox.

Un fuerte pero breve apretón de manos cierra el saludo para invitarlo a tomar asiento. Su ex colega no ha cambiado para nada con el paso de los años, aún usa esas exuberantes cadenas y anillos que ha robado o ganado en apuestas y esos insufribles lentes de armazón dorado para darle unos aires más eruditos.

— ¿Como has estado? Veo que te has enriquecido y desaparecido— pregunta Kita para que fluya la charla.

— Así es, además ahora soy un fanático del arte,— explica Tetsuro y juega con uno de sus anillos de oro— eso claro después de enterarme cuanto puede valer una pintura famosa en buenas manos.

— Tu casa ha de ser un auténtico museo, tan vanidoso y exótico como el dueño.

— Para nada, todo lo que poseo está en Ginebra, ahi la gente no pregunta a qué te dedicas o que clase de persona eres.

Ahora Kita comprende el porque le costó tanto trabajo a Omimi localizar a Tetsuro, se fue a vivir una vida tranquila y adinerada en Suiza además de seguir haciendo sus estafas y robos por todo el mundo.

— ¿Que necesitas Kita? Se que no me llamarías a menos que necesites ayuda o estés en problemas— pregunta interesado Kuroo, aunque claro que no tiene ni un ápice de interés en ser un buen amigo y servicial con Shinsuke, solo quiere ver que le puede sacar de esa extraña visita.

— Problemas son los que me está causando Wakatoshi. Se llevó algo de mi propiedad y planea venderlo al mejor postor,— explica el peliblanco, mantiene su postura serena aunque por dentro cada que menciona el nombre de ese hombre quiere reventar el rostro de ese monstruo.— necesito que me des el contacto de K, ocupo sus servicios.

Ósea como tal, no quiere a Cheshire, el quiere a la mano derecha del pelinegro y eso lo ofende.

— Lástima, lo último que supe de él fue que estaba en Mónaco haciendo lavado de dinero y hackeando las máquinas de apuestas de un casino.

— Ya veo, suena algo que haría él.

Kuroo se enfurece al ver que a Kita no le perjudica ni le produce nada el hecho de que ninguno de los sepa algo de él, es como si estuviera ignorando y dándole por su lado.

El quiere entrar en la ecuación de rescate de, bueno, lo que sea que Kita esté buscando tan desesperado.

— Aunque puedo localizarlo y decirle que quieres verlo,— ataca el felino, se cruza de piernas e inclina su torso a Shinsuke— claro que tendrá su precio y sabes que no es muy barato.

Kita lo ve con superioridad, una competencia de egos en la que veían y probaban quien tenía más que ofrecer al otro. El peliblanco se lo esperaba de Kuroo, su personalidad interesada y avara siempre lo ha superado, por otro lado, es bueno retroceder en el tiempo y tener un deja vu sobre aquellos viejos momentos de tensión entre ellos.

Maldito gato callejero.

— ¿Quieres más dinero a parte del que tienes en Suiza?

— Mis mininos y yo no trabajamos gratis.

— ¿Quien te dijo que no te iba a pagar? ¿Desconfías de mi?

— ¿Todavía tienes algo que ofrecer después de todo lo que has gastado en rescatarla?

Esa última palabra lo sorprendió, pues en ningún momento le mencionó que fuera alguien y mucho menos que se tratara de una mujer. Y Kuroo lo notó pues sonrió ya que había adivinado, pues generalmente Shinsuke no le daba importancia o le restaba interés los objetos materiales. El siempre fue una persona sensible cuando se trataba de personas.

— K apenas hizo un trabajo para las águilas con unas cámaras de seguridad en la calle,— detalla el pelinegro— esa chica es tuya, ¿verdad?

Kita no se sorprendió, pues ya estaba enterado gracias a Aran que habían dado con su identidad por las cámaras y el momento en el que llaman a la ambulancia. El oficial Sawamura si ha estado haciendo su trabajo.

— Te ayudaremos, lo sabes, nuestra relación no es hostil cuando se trata de tus zorros,— alardea el pelinegro— solo espero que tengas suficiente para pagarnos o esta bonita residencia será mía.

Estupido él si cree que le dará su casa como método de pago. Pobre diablo.

— Entonces esta decidido, solo avísame cuando quieres que vengamos; de todas formas pondré al tanto a mis chicos aquí en japón sobre la chica para ver qué pueden hacer.

Ambos hombres se ponen de pie y vuelven a estrechar manos, uno viendo con deseo como quiere ser mejor que él y el otro envidiando las riquezas y la vida de fugitivo y sin rumbo que el otro posee.

Tetsuro no es de aquí ni de allá, rebota por todo el planeta tierra poseyendo mucho y a la vez disimulando que no tiene nada. Nadie lo conoce y mucho menos lo reclama como suyo. Eso lo hace fuerte y un rival estable en cuanto a conexiones con mucha gente interesante. Indomable e insaciable.

Por otro lado Kita es dueño de todo y de todos, controla y mantiene ordenado tanto sus dominios como su vida privada, siempre analizando y al acecho de las personas que pueden servirle para tenerlas cerca de él. Un cazador de oportunidades y estrategias.

Por algo es que se siguen procurando, y ambos tienen la certeza de que pueden contar con el otro. Pero todo cuesta y los favores se acumulan. Y por esos favores, es que se respetan.

Porque todavía hay deudas que saldar.

*: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・ ゚ ✧ *: ・

¡Hola chicos! aquí está el capítulo sesenta y siete de esta hermosa historia.

Kuroo me traes mal carajo, teamo

Lamento la demora, Apenas fue mi cumpleaños y me regalaron un celular nuevo y la vdd es que todavía estoy en proceso de adaptarme a como funciona, así que les pido una disculpa si ven faltas de ortografía o errores de puntuación.

Revelación importante: Kenma ayudó a las águilas para llevarse a Y/n. 👀

de todas formas espero que les haya gustado, ya saben, deje una estrella y un lindo comentario, se agradece mucho. <3

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora