39| tratos con el diablo

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Regresamos al peligroso y nocturno barrio de Golden Gai, en Shinjuku, donde la razón se mezcla con la lujuria, adrenalina y sustancias nocivas; Discotecas, bares, clubs, era tan solo una probada y la fachada de lo que podías encontrar en el fondo del barrio.

Si eras listo y sabías moverte, con facilidad encontrarías negocios y mercancía de lo que quisieras, era vital dejar volar tu imaginación sobre todo aquello que vendían en esos mundanales locales; la seguridad era escasa, todos estaban a expensas de ser víctima de cualquier asalto o algo mucho peor. Por ello, el Golden Gai era un lugar prohibido para muchos.

Entretenimiento, diversión y cero responsabilidades en su máxima expresión.

Y ahora nos encontramos específicamente en el "Wild Jungle Men Club", unos de los clubes más exclusivos del barrio... donde generalmente, hombres de negocios frecuentaban para atender asuntos importantes o para desestresarse.

En uno de los cuartos privados, unas bellezas exóticas estaban pasando una noche de copas y bailando con erotismo en el tubo del cuarto. Komori y Sakusa se deleitaban al verlas.

Bueno, Komori al charlar y coquetear con ellas y Sakusa al verla bailar delante de él.

Los primos eran diferentes, en todo sentido de la palabra; Sakusa era reservado, siempre mesurado con todo lo que lo rodea y toca, mientras que Komori era más extrovertido y preocupado por su primo. Casi siempre era el segundo el que intentaba hacer que Sakusa saliera de su zona de comfort, muchos intentos eran fallidos, pero por esta ocasión sorprendente el pelinegro aceptó la invitación.

— ah, esto es vida... que dicen nenas, ¿otra ronda de shots?— el castaño suspiró, rodeando de la cintura a las dos mujeres en lencería a su lado, quienes aceptaron gustosas mientras acariciaban el cabello, cuello y pecho de Komori.

— No planeo sacarte ebrio de aquí— Sakusa lo regañó al ver que ya iban por su 3 botella de tequila de la noche. Regresó su mirada a la pelirroja que movía sus curvas y piernas largas para él.

— Buh, que aguafiestas eres—  Komori respondió, besando los labios de la stripper de apariencia latina— un trago no te hará daño.

Sakusa se negó, enseñando su vaso de cristal con agua mineral a tope. Si pudiera ingerir alcohol lo haría, pero eso implicaba quitarse el cubrebocas y no quería exponerse, además de otra muy singular razón.

Komori era un hombre que también, tenía poca tolerancia al alcohol, y que estuviera ya haciendo beso de tres con ambas damas era una locura. Por supuesto, no serían gratis todos aquellos tragos y buenos momentos, así que la cartera del castaño sufriría esa noche.

La música era estridente y para nada tenía ritmo calmado, Britney Spears y su voz angelical cubría del alboroto que había en el área común del club.

Hasta que cierto ojiverde abrió la puerta del cuarto privado, empuñando su pistola y apuntando a las 3 strippers que tuvieron la desgracia de estar ahí, en el momento equivocado y con los hombres equivocados.

— largo— Suna ordenó, quitando el seguro a su arma mientras escuchaba los gritos y llantos del trío de mujeres, que salieron despavoridas. Komori, giró su cuerpo para ver que había pasado, y tragó duro al ver que Rintaro no venía solo.

Aran, Omimi, Ginjima y Akagi entraron al lugar, todos portando sus armas mientras dejaban pasar al enfurecido líder de los zorros.

— ¿Que mierda Kita? ¡la estábamos pasando bien!— Komori se quejó, claramente no estaba en sus cinco sentidos.

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora