52| falso sucesor

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— Me alegro que el gran Ángel Negro de Tokio esté finalmente interesado en nosotros— Un anciano les dio la bienvenida a los dos hombres, quienes caminaban a paso tranquilo y seguro, el más grande de ellos poniendo lujo de detalle, mientras que el más joven se limita a observar todo, manos escondidas detrás de su espalda, semblante inquebrantable y mirada estoica.

— Bueno, tienen un mercado grande, me gustaría ver que tienen para ofrecer— Tsuyoshi continua con la conversación, se percata que el dueño del negocio, analiza con nerviosismo a su acompañante— Él es mi mano derecha y mi sucesor, Shinsuke.

Al escuchar que es nombrado, arquea la ceja y regresa a sus pensamientos.

Siguen caminando, los pasillos lúgubres y fríos incomodan, el aire helado se cuela por las prendas de los hombres, sus respiraciones y exhalaciones se tornan blanquecinas. Llegan hasta una bodega, con muchos contenedores de distintos tamaños, custodiados bajo hombres armados.

— Siéntanse libres de preguntar por lo que les interese, no se limiten a solo mirar— aconseja el señor, orgulloso de lo que tiene, enaltecido de ver los ojos curiosos de Tsuyoshi merodear por su mercancía.

El ángel negro se pasea, saca cuentas y cata la calidad de los productos: el estado de las armas y municiones, que tan bien triturada está la hierba y los polvos, el tamaño de las pastillas. Era cierto, sus socios no se habían equivocado al recomendar a este sujeto, prácticamente un excelente proveedor de todo tipo de cosas para vender entre las sombras.

— ¿Que opinas Shinsuke?

El peliblanco mira el arma, un precioso sniper con mira térmica, sin duda una belleza digna para competir por ella.

— Es bonita.

Su atención se dirige a otra parte de esa bodega, lejos de esas cajas; camina discretamente y se aleja, unos contenedores marítimos llaman su atención, más aún cuando escucha los lamentos y sollozos dentro de estos, se hacen mas fuertes a gracias al eco.

Su rocoso y diminuto corazón se contrae y deja de latir por unos segundos, dándose cuenta que lo que tienen ahí encerrados, o bueno casi encerrados, son 3 pares de gemelos.

Uno de los guardias, encañonan a dos de estos, asustándolos, burlándose en sus caras, divertidos de ver el pánico y el vivo terror en sus ojos.

Unas hermanas, intentan abrazarse, pues llega otro guardia y comienza a tirar del cabello de una de estas, las aleja. Ambas niñas lloran y se gritan, se prometen desconsoladas encontrarse después, cuando logren huir de esa horrible situación.

Pero los que logran captar su atención, mas que nada su curiosidad, son dos gemelos idénticos, que se consuelan y en ningún momento dejan de verse a los ojos, a pesar de tener lágrimas llenando sus ojos y nublando su vista, siguen con la mirada fija en ellos.

— Samu no dejes que nos separen.

— No lo voy a permitir Tsumu.

La intriga se mantiene presente, más aún cuando los observa el suficiente tiempo para darse cuenta que en efecto, uno de los gemelos se ponía a la defensiva en cuanto presentía que alguno de los guardias se acercaba a ellos con intenciones maliciosas. Estaba cumpliendo su palabra, poniéndose primero antes de su hermano, cubriéndolo con sus espalda y tratando de mantener la poca compostura que le queda.

Kita se conmueve, sin duda.

— Disculpe, ¿Qué harán con los niños?

El inocente joven le pregunta al dueño, señala con la mirada a los pequeños. El hombre gira su vista a donde Shinsuke señala, y entiende de que está hablando.

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora