43| tortura

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Ushijima estaba revelando demasiada información en poco tiempo para procesar; lo único que y/n tiene en su mente es Kita: en sus acciones, sus palabras, sus promesas; en todas aquellas frases en las que alguna vez le profesó su amor, su pasión.

— sin palabras, ¿eh?— Satori habló, al ver lo abrumada que se veía la pobre mujer; sus mechones cayendo en su frente, pegados a esta debido a la mezcla de sudor, sangre y la humedad en el ambiente.

en el fondo, muy en el fondo de su corazón, algo le estaba gritando que había cosas ciertas en todo lo que Kita hizo por ella, que no todo fue un plan y que enamorarse seguramente no estaba en sus estrategias. También estaba cuestionando y se preguntaba si es que sus chicos, como él les llamaba, supieron todo el tiempo de todo lo que se llevó acabo con ella.

la respuesta era obvia: Suna y Atsumu se la llevaron, Aran la custodiaba los primeros meses y Osamu quedó como su "castigo" después de esa fatídica pelea con Shinsuke. Un tajante sí cortó aquel fino hilo de incertidumbre.

— será mejor que te despidas de tu anterior vida, porque una vez que subas por ese avión con destino a Italia, tu querido Kita no podrá hacer nada— Shirabu habló, añadiéndose a la conversación, su lengua tan larga y envenenada como sus claras intenciones de hacer imposible la vida de y/n.

— no— respondió en un susurró, su garganta se desgarraba para poder gritarle que se equivocaba—él vendrá por mi, y los va a dejar echos cenizas. No se saldrán con la suya.

Ushijima sujetó con su izquierda las mejillas y de la joven, aplicando fuerza en esta hasta dejar sus dedos marcados en tonos rosáceos y rojizos; los labios de y/n se tensaron, y por instinto intentó alejar su rostro y apretó sus ojos al cerrarlos.

— primera regla aquí: no tolero faltas de respeto— bramó en furia, era demasiado fuerte como para simplemente hacer que se alejara de ella. El pelirrojo sonrió emocionado, ya que tenía meses que su querido Ushiwaka no se ponía agresivo. Y era impactante ver cómo no se contenía con nadie, ni siquiera con una mujer.

Esa fue la gota que colmó el vaso.

— púdrete— y/n le escupió en el rostro, aprovechó que sus rostros estaban cerca, ambas respiraciones chocaban y solo así podría deshacerse de Ushijima.

el imponente hombre se alejó con asco, la miró con repulsión e ira, y esta vez no dudó en darle un buen golpe a mano abierta en el rostro. Y/n soltó un quejido, su rostro inclinado hacia la derecha debido a la inercia y fuerza ejercida a la hora del impacto.

— si es necesario enseñarte a golpes a respetar la autoridad, así lo haré— no parecía adolorido por el golpe dado, a contrario de Kita, pues Rintaro alguna vez comentó que el peliblanco era bastante delicado en su piel y extremidades, aunque de todas formas tuviera fuerza, era sensible a cualquier cosa.

Ushijima una vez más en cuestión de minutos confirmaba su clara diferencia entre ambos.

Satori se recargó en el brazo del líder, mientras veía y arqueaba sus cejas, ojos curiosos y expectantes de cuál sería el siguiente movimiento de ambos. Al ver que la habitación quedó sumida en un silencio incómodo y abrumador, decidió hacer lo que cualquier persona haría:

echar más leña al fuego.

— quien lo diría, se veía tan callada e inocente, sin duda es una cajita de sorpresas— acarició la zona de impacto, sus dedos largos y callosos paseándose con calma sobre la magullada piel— tal vez con la motivación adecuada, aprenda que sus acciones tienen consecuencias.

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora