57| inocencia

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— Aran necesito hablar con Kita.

El moreno suspiró agotado a través del micrófono del celular, Sakusa no lo sabía pero ahora mismo Aran tenía justo enfrente a su jefe, con un gesto serio mientras acariciaba las tersas cuerdas del violín blanco que Atsumu había recuperado de la catastrófica escena, ese ultima día en que la vio.

Por la cabeza del peliblanco pasaban tantas cosas, tantos pensamientos a la vez que entorpecían su inteligencia: ¿Que estarán haciendo con y/n? ¿Seguirá pensando en mi así como yo pienso en ella?

Se imagina que aquellas cuerdas son las hebras de cabello de la joven; con esa esencia de frutos rojos, sus nudos que se atoran entre sus dedos cuando ella se acaba de despertar, esa suavidad que aveces pica su nariz mientras duermen abrazados los primeros 20 minutos de la noche.

— No creo que él quiera verte, no cumpliste con el plazo de 14 días.— explica sereno, susurra para que Shinsuke no los pueda escuchar, su humor bipolar ha sido constante desde entonces.

— Me pasé por 3 días porque no encontraba una prueba contundente— explica el pelinegro, Komori a su lado escuchando la conversación en el altavoz.— Ya la tengo, voy en camino hacia la residencia y más vale que nos reciba.

Ahí se termina la llamada, y Aran se ve en la obligación de mínimo, avisarle a Kita de la inesperada y no bien recibida visita.

— Sakusa quiere hablar contigo.

— No me interesa que tiene que decir.

— Eso no lo va a detener. Dice que tiene una prueba para probar su inocencia.

Kita devora con la mirada a Aran, no duda de las palabras de su fiel amigo pero si de la veracidad que tiene la palabra de Sakusa; ya delató sus negocios una vez y pudo haberlo matado, tenía todas las facultades para terminar con él en ese preciso momento.

Pero no lo hizo porque era un buen peón en su ajedrez, tal vez no leal u honesto, pero tenía valor al tenerlo cerca. Solo Kiyoomi podía decirle sobre negocios pactados recientemente entre otros grupos, solo el podía hacerse pasar por otra persona diferente y obtener información en el momento ideal.

Pero su lengua filosa lo metió en muchísimos problemas, eso y su sed por obtener más de lo que merece.

Por otro lado, Komori era nuevo en este mundo. Al principio su única intención y finalidad era cuidar a su primo y que llegase completo a casa, pero comenzó a escuchar cosas que lo ponían en una posición importante, así que siguió el juego de lo clandestino.

Kita observó como Aran sacó su celular y se quedó viendo fijamente su viejo fondo de pantalla, que hace años no lo cambia a pesar de que ha tenido tantos celulares. Es una pequeña niña morena, con rizos definidos y cerrados abrazando un pollito de juguete y a su lado una hermosa mujer de rasgos latinos y cabello negro, riéndose al ver la emoción viva en los ojitos de la menor.

— ¿Por qué no vas a verlas?

— Ellas están mejor sin mi, no quiero que las lastimen— explica el negro, suspirando mientras ve su foto y acaricia con devoción la pantalla.

— Crecer sin padre no es estar mejor, Mikaela extraña a su papá.

La realidad de Aran desde hace 3 años es que voluntariamente se alejó de ellas en cuanto ocurrió la traición de Sakusa; tuvo que dejar a su hija de 3 años y a su novia para que estuvieran lejos del ojo de la gente mala con la que Sakusa se había involucrado.

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora